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Un juez militar investiga la filtración de secretos de la comandancia ceutí

El Ejército pide a la Guardia Civil el cese del sargento adscrito a la unidad de inteligencia

Miguel González

El caso del espionaje a sindicalistas y asociaciones de vecinos por parte de la unidad de inteligencia de la Comandancia General de Ceuta ya está en manos de la justicia militar. Pero no por un presunto delito de violación de la intimidad de los espiados, sino por revelación de secretos. El Ejército ha dado traslado al juez togado de las diligencias abiertas por la presunta filtración de informes reservados de la unidad, que está en el origen del cese del teniente coronel.

La pregunta de por qué ha estallado ahora el escándalo del espionaje a civiles por parte de la unidad de inteligencia de la Comandancia de Ceuta, que salió a la luz pública el pasado día 24 mediante una nota oficial que daba cuenta de la destitución del jefe de dicha unidad, el teniente coronel José María Albarracín, empieza a tener respuesta.

El Ejército de Tierra, según fuentes castrenses, ha dado traslado al juzgado togado militar de las diligencias abiertas en torno a la supuesta filtración de documentos clasificados de dicha unidad. Estas diligencias, que apuntan a un presunto delito de revelación de secretos, son independientes de las referidas a la realización, por parte del servicio de inteligencia, de investigaciones ajenas a sus cometidos, como las que afectaron a dirigentes locales de CC OO y UGT o de la asociación de vecinos del barrio de El Morro. Según las fuentes consultadas, las órdenes de obtención de información de ambas investigaciones, fechadas el 11 de abril de 2005 y el 27 de enero de 2006, habrían sido filtradas a un medio de comunicación. Al menos, así lo creyeron los mandos militares de Ceuta, y esta convicción habría llevado a los responsables del Ejército a destapar el caso y a dictar la destitución fulminante del teniente coronel Albarracín, que se encuentra hospitalizado tras el intento de suicidio que protagonizó el pasado día 29.

Aunque el sumario está declarado secreto, las sospechas apuntan a que el presunto filtrador sería un miembro del equipo de seis guardias civiles que trabajaban para Albarracín, quien habría amenazado con airear el espionaje en represalia por un expediente por pérdida o tráfico de armas.

En el diario local El Faro de Ceuta se publicó el pasado día 31 una carta al director firmada por Tomás Partida, responsable de la página web www.ceuta.com, en la que daba por hecho que tenía en su poder "unos documentos sensibles procedentes de la Segunda Sección (Inteligencia)" de la Comandancia General de Ceuta.

Además de destituir a Albarracín, el Ejército de Tierra ha pedido a la Dirección General de la Guardia Civil el cese en su destino del sargento que mandaba el equipo operativo de seis agentes que recopilaban información para el teniente coronel.

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Aunque adscritos funcionalmente a la unidad de inteligencia de la comandancia militar, estos guardias dependen orgánicamente del instituto armado, al que corresponde adoptar medidas.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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