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El juicio contra la presunta asesina de ancianas queda visto para sentencia

No hay indicios de la existencia de Mari, la inquilina fantasma a quien Remedios S. achaca los crímenes.- "Conocía, sabía y quería hacer lo que hizo", ha sentenciado la fiscal.- La acusada no ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra

El juicio contra Remedios S.S., acusada de robar con violencia a varias ancianas y de haber asesinado a tres de ellas, ha quedado hoy visto para sentencia sin rastro alguno de Mari, la inquilina a quien la procesada achaca los crímenes. "No hay ni un mínimo indicio" de la existencia de esta persona porque simplemente "es una inquilina fantasma", ha destacado la fiscal en su informe final en la última sesión de este juicio de tres días celebrado en la Audiencia de Barcelona.

Tampoco ha quedado acreditado por parte de los psiquiatras que la acusada pueda tener un transtorno de doble personalidad ni cualquier otro tipo de enfermedad psicológica. "Conocía, sabía y quería hacer lo que hizo", ha sentenciado la fiscal, que ha mantenido su petición de 172 años de prisión por tres asesinatos y seis intentos, además de siete robos con violencia cometidos entre el 10 de junio y el 3 de julio de 2006 en Barcelona, así como una indemnización de 423.675 euros para las víctimas.

Pruebas "apabullantes y abrumadoras"

La acusación pública ha destacado que hay pruebas "apabullantes y abrumadoras" que señalan a Remedios S.S. como la autora de los "brutales ataques" a seis ancianas, de las cuales tres fallecieron estranguladas, como son las huellas dactilares halladas en los domicilios de las agredidas o las joyas de las víctimas que aparecieron en el piso de la procesada.

Por su parte, el letrado de la defensa, Jordi Colomines, "recogiendo la petición expresa de su representada", ha pedido la absolución, pese a que ha admitido no tener pruebas para defenderla. El letrado, tras pedir "el máximo respecto para las víctimas" que sufrieron los ataques, ha dudado de que la acusada realmente no sufra ningún transtorno ni que sea una ludópata, pero ha admitido no haber podido aportar ningún certificado médico alternativo al de los forenses que lo demuestre. Colomines ha reconocido haberse hallado en una situación "incómoda".

La presunta asesina no ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra y el juicio, que se inició el pasado martes, ha quedado visto para sentencia.

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