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Los ladrones del cobre hacen perder a Endesa 4,3 millones en ocho meses

La eléctrica, que ha sufrido 272 robos este año, alerta del peligro para la población

Rebeca Carranco

El negocio es sencillo: un ladrón se sube a una escalera y desmonta un tendido de cable de cobre; lo trocea y se lo lleva a un chatarrero; el chatarrero compra el cobre y lo vende a una fundición, la fundición lo recicla y lo vende a las compañías que necesitan cobre. Esas empresas lo vuelven a poner en uso y rezan para que el ciclo no vuelva a empezar. Es el caso de Endesa, que ha sufrido 272 robos de este tipo este año. La compañía lleva perdidos 4,3 millones de euros.

La cifra es el 109% superior a la registrada el año pasado, en que registró 130 saqueos. La eléctrica asegura que está trabajando con la policía para poner fin a la sangría. Si se juntase todo el cobre robado a Endesa este año, se trazaría una línea recta del centro de Madrid a Ciempozuelos (más de 33 kilómetros). Además, a la compañía le han volado 12,6 toneladas de material en sus instalaciones.

El precio del mineral ha pasado de los 3.500 euros la tonelada a 5.700
Telefónica también ha denunciado 330 saqueos solo en Cataluña

La clave de este incremento de robos radica en el precio. Desde 2008, cuando el mineral rojo tocó fondo (3.500 euros la tonelada), el cobre no ha dejado de subir, explica el profesor de Finanzas de la Escuela de Alta Dirección y Administración (EADA) Ramón Alfonso. Hoy, la tonelada ronda los 5.700 euros. En una chatarrería se puede pagar entre 1.300 y 3.200 euros la tonelada, dependiendo de si es cobre limpio (sin funda) o sucio (dentro del cable).

"Si robas una moto o un coche y lo quieres revender, queda rastro porque tiene un número de serie. Si te dedicas a robar joyas, te toca asaltar una casa y eso siempre es arriesgado. Con el cobre no tienes esos inconvenientes", razona Alfonso. El experto explica que el cobre en el mundo se encuentra en tres grandes cuencas mineras: en el sur de Chile y el norte de Bolivia, en Rusia y en Canadá. "En estos momentos hay una demanda creciente de países como China, Indonesia o Brasil, que lo requieren más rápido de lo que se puede ofrecer", asegura Alfonso.

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Lo que se traduce en especulación y robos. En el caso de Endesa, Andalucía es la más castigada, ya que la eléctrica ha perdido en esta comunidad más de dos millones de euros en 175 robos en lo que va de año. El año pasado se registraron 9 robos, aunque la media de los últimos tres años se sitúa en 50. Le sigue Cataluña, con 141 robos y, muy de lejos, Canarias y Aragón, con 13 y 10, respectivamente.

Desde 2007, la eléctrica ha perdido la friolera de 16,4 millones de euros por los robos de cobre. Los hurtos se han incrementado el 40% en 2010 respecto a la media de los últimos tres años. A ello se suma el peligro que suponen para la población estos robos. Cuando se sustrae cobre de las líneas eléctricas, quedan cables sueltos y desprotegidos que pueden provocar descargas. "También es un peligro para los propios ladrones", añade un portavoz de la compañía.

Cataluña ha sufrido un verano de constantes saqueos. Algunos municipios, como Cistella, en Girona, se han quedado incomunicados hasta siete veces en un mes por los robos de cable de teléfono. Telefónica ha denunciado 330 saqueos en 139 municipios catalanes (el 189% más que en 2009). En lo que va de año, los Mossos d'Esquadra han detenido a 500 personas por delitos relacionados con la desaparición de cobre, aunque solo 24 han pasado por el calabozo por la dificultad de demostrar su culpabilidad y por la naturaleza del delito: hurto.

Las grandes compañías de fundición, como La Farga Lacambra, insisten en que a ellos también les perjudican los robos. "Hay empresas que optan por poner otros materiales en lugar de cobre para que no les roben", indica un portavoz. Y añade que sus transportistas temen conducir camiones con rotulación de la empresa porque son un reclamo para los ladrones. Por eso piden más control en la venta del cobre.

Pero no solo España padece robos de cobre. Argelia, Francia o Italia sufren también la acción de estos ladrones, que no suelen ser grandes expertos. "Son delincuentes de perfil bajo y con experiencia en delitos menores, que aprovechan que se trata de acciones de fácil ejecución", indica una portavoz de los Mossos d'Esquadra. Para conseguir penas más altas y disuadirles, la policía catalana ha anunciado que tratará de imputar a los ladrones por estragos. La intención es que robar cobre no sea tan fácil.

Cable telefónico troceado tras un robo frustrado en Girona.
Cable telefónico troceado tras un robo frustrado en Girona.P. DURAN

Madrid, con los cacos a raya

En Madrid, los ladrones del cobre recibieron un varapalo el verano de 2009 cuando la Guardia Civil detuvo a 55 personas relacionadas con el hurto de este mineral. Es uno de los golpes más importantes a una banda dedicada a la sustracción de cobre. Los agentes desarticularon la red, integrada por rumanos, en un poblado chabolista de la capital, El Gallinero. A sus miembros se les acusó de más de 50 robos. En el momento de las detenciones, los agentes recuperaron más de 20 toneladas de cable telefónico, cuatro armas de fuego y 31 vehículos. En junio pasado, de nuevo en el mismo poblado, la Guardia Civil detuvo a tres personas y se incautó de 30 toneladas de cobre.

Desde entonces, los robos del valioso mineral han descendido considerablemente, según explica una portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de la capital. Además de en Madrid, la banda actuaba en Castilla y León, en Castilla-La Mancha, en la Comunidad Valenciana y en Andalucía. Algunos de sus golpes dejaron a miles de personas incomunicadas.

En la operación, se actuó además contra una pieza clave en la cadena del robo de cobre: los chatarreros. La Guardia Civil visitó cuatro chatarrerías, tres en Madrid y una en Toledo, y detuvo a sus dueños, acusados de un delito de receptación (comprar un producto a sabiendas de que es robado).

En Cataluña, los Mossos d'Esquadra ponen también el foco en los compradores de cobre robado. B. M., chatarrero de 49 años, afincado en Girona, recibe con frecuencia la visita de la policía autonómica. Hace dos meses, los agentes le detuvieron a él y a su socio, D. L., de 61 años, acusados de receptación. Ellos, a su vez, han denunciado a los agentes por detención ilegal y violación de domicilio.

En su solar, de unos 400 metros cuadrados, los agentes han apartado unas dos toneladas de cobre sospechoso. "Lo tengo todo registrado en albaranes", justificó la semana pasada su propietario a los Mossos, que tomaban nota del nombre y el teléfono de los vendedores. El chatarrero insistió en que solo compra material legal, aunque no pudo justificar el origen de varias bobinas de cobre. El hombre reconoció que no debería haberlas comprado.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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