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El lento proceso hasta la toma de posesión

Rodrigo Rato tendrá que darse prisa para llegar a tiempo a la presidencia de Caja Madrid, aunque eso no depende de él, ya que el proceso electoral se encuentra paralizado por la juez Inmaculada Varas, quien tomó esa medida tras la presentación de una demanda por parte del Ayuntamiento de Madrid contra el reparto de los consejeros de la Casa Real propuesta por Aguirre.

Aunque Gallardón ha retirado la demanda, no lo han hecho el Ayuntamiento de Barcelona ni Comisiones Obreras, que también presentaron los suyos. Y, aunque la juez levante la suspensión, el proceso se alargaría hasta finales de enero, porque los ayuntamientos madrileños, la Asamblea autonómica y las entidades representativas, que renuevan sus representantes, tienen que hacer las listas, en una de las cuales debe estar Rato para su posterior nombramiento como consejero y presidente, mandato que dura seis años, renovables otros seis. Luego, la Comisión Electoral tiene que aprobarlas y, encima son fechas festivas. Y, si no se levanta la suspensión, el relevo podría dilatarse hasta 2011.

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Esa posibilidad se ve muy remota. Es decir, Rato está obligado a actuar en la sombra, codo con codo con los actuales gestores de la caja, al mismo tiempo que prepara su equipo ejecutivo para cuando, si no hay sorpresas, tome el mando.

También tendrá que negociar con las otras fuerzas del consejo, con las que Esperanza Aguirre e Ignacio González habían alcanzado un pacto de estabilidad. En ese sentido, está por ver la reacción del líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, a quien el pacto le metió en un enorme lío en su partido. Es verdad, por otra parte, que el Gobierno, al que en principio no le gustaba nada que fuera Rato por el desplante que dio al dejar el FMI después de haberse peleado para que ocupara el cargo, mantiene ahora que la solución es buena para enderezar Caja Madrid, como también lo era, a su juicio, Luis de Guindos, un hombre menos contaminado políticamente.

Rato, además, mantiene una relación cordial con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien también ha avalado su nombramiento.

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