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Reportaje:

Las locas carreras de 'Matías el Humilde'

15 detenidos por competir con coches se enfrentan a una pena de hasta cinco años

Inyectaba a los motores gas de la risa (óxido nitroso) para multiplicar la potencia y velocidad de sus coches deportivos y hacerlos volar. Matías Bibiloni, de 31 años, apodado Matías el Humilde, por su fanfarronería acreditada en más de 150 vídeos colgados en Internet, se ha quedado sin carné y sin sus cuatro bólidos de lujo. Manipuló los motores y utilizó combustibles que simulaban la explosión en la turbina de un reactor, según los investigadores. Así logró 900 caballos de potencia en sus vehículos. Un coche de tipo medio ronda los 110 caballos.

Matías cayó en manos de la policía y con él otros 14 colegas, de entre 19 y 25 años. Además de retirarles el carné, el juez decidió inmovilizar 13 automóviles, de 150, 350 y 600 caballos.

Cada viernes por la noche se reunían para celebrar carreras clandestinas, retos y piques. Normalmente, la cita era cerca de la cárcel de Palma. Pero el pasado fin de semana se trasladaron a las inmediaciones desiertas del hospital Son Llàzer, porque en las inmediaciones de la cárcel se celebraba la feria de abril. Y allí les cazaron. En las competiciones se llegaron a apostar hasta 1.000 euros.

El cerebro de la banda, al ser interceptado, embistió con su potente Lanborghini amarillo a una patrulla policial; se largó y se escondió en la casa de un familiar. El domingo fue arrestado. El lunes por la tarde Matías, con el resto del grupo, pasó por el juzgado y salió en libertad, procesado. Todos están imputados por un delito contra la seguridad vial, penado entre seis meses de multa y trabajos para la comunidad o hasta cinco años de prisión, según explicitó el fiscal de Baleares, Bartolomé Barceló. "No se escatimarán esfuerzos" ante la "enorme peligrosidad" del problema por el "efecto mimético" que tienen las competiciones clandestinas al ser expuestas en Internet, subrayó.

La operación fue coordinada por el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, que encomendó el operativo a la Brigada de Investigación Tecnológica de la policía. Los primeros datos sobre las pugnas suicidas y el rastro de las barbaridades apareció en YouTube y el eco fue incrementándose en numerosos foros. El Humilde suscitó émulos, video-clips e incluso un rap. Invirtió cientos de miles de euros en su loca pasión automovilística porque tenía caudales suficientes, su padre es constructor. Así la escudería fue rutilante: Dopper Vipper, Toyota Supra Lamborghini Murciélago y un Audi Turbo.

El Humilde es propietario de una mini tienda de alquiler y venta de videojuegos Action Game, que ayer estaba cerrada y que solo abría por las tardes y el sábado por la mañana. Bibiloni tiene antecedentes por sendas causas contra la propiedad intelectual por piratear programas de la Play. A los rivales los aludía por sus marcas y siglas: "Me los paso por la piedra, fácilmente", proclamaba.

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