¿Cuánto 'madrileño' sabes?
El Diccionario de Madrileñismo recoge más de 6.300 voces populares y patrimomiales de la región
Trompitos, meatilas, gadafi y trifásico tienen un significado propio en Madrid: garbanzos, bebedor compulsivo de infusiones, pincho moruno y carajillo. Son algunas de las 6.300 voces populares y patrimomiales de la región que recoge el El Diccionario de madrileñismos. Voces patrimoniales y populares de la Comunidad de Madrid (Ediciones La Librería). Son palabras que (en teoría) se emplean en esta comunidad autónoma y que caracterizan el habla madrileña.
Su autor, el catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense Manuel Alvar Ezquerra, ha trabajado con una base de datos de 10.150 registros, que suponen más de 6.300 artículos de diccionario. Recoge vocablos del habla castiza y achulapada, como trompitos o gabrieles o gabis, meatilas, gadafi y trifásico (café con leche y coñac); palabras de uso popular, como malamadre (cinta, planta), coreano (de Madrid, por las complicaciones que originan en las urbanizaciones) y judas (muñeco de la Cuaresma) y voces propias del ámbito urbano y exclusivas de la capital taxis en lugar de taxi.
Algunos ejemplos
También contiene términos exclusivamente rurales como pernala (pedernal del trillo) y tapador (tapadera de madera, con asa, para tapar los cántaros); unas pocas palabras testimonio de épocas pasadas pero todavía vivas como caloña (calumnia), simón (coche de caballos de alquiler) o casa a la malicia (para alojar dos familias que se edificaba en Madrid durante el siglo XVII); también voces madrileñas que sirven para nombrar los alimentos y comidas tradicionales, como alboronía madrileña (guiso con carne de ternera, ajos, cebolla, hierbabuena, perejil y piñones cocidos, que se sirve con arroz), chabaza (garbanzos con callos) o migas canas (postre de migas con leche) y algunas de estas van extendiéndose cada vez más por la Península, como panchito (cacahuete pelado, frito y salado).
Sorprende el significado madrileño de algunas palabras, como aleluya y gilipollas. Desconocidas para la mayoría, las voces compiladas en el libro se han ido recogiendo de obras antiguas, pero también de folletos de turismo o de fiestas populares repartidos en varias poblaciones. Los ciudadanos han colaborado indicando palabras típicas madrileñas a través de un cuestionario que se repartió entre los municipios.
El Diccionario de madrileñismos, de 438 páginas, indica la sinonimia que tienen las palabras en Madrid y señala los lugares de los que hay constancia de su empleo. Las palabras y acepciones de la obra no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, salvo las que consigna como propias u originarias de Madrid.
El libro lo ha presentado esta mañana a las once el vicedirector de la Real Academia Española, José Antonio Pascual, en la Biblioteca Histórica de la UCM Marqués de Valdecilla. Han asistido, además del autor, el rector en funciones Carlos Berzosa, y el editor, Miguel Tébar. Pascual ha explicado que detrás de un libro que contiene una sucesión de palabras, "aparentemente aburrido", hay en realidad "una novela detrás de otra", ya que el particular diccionario descubre la historia de la migración de las palabras.
Manuel Alvar Ezquerra, catedrático de la UCM y miembro correspondiente de la RAE, dedica buena parte de su actividad profesional al estudio de las palabras y a la realización de diccionarios. Entre otros muchos, ha publicado el Diccionario de voces de uso actual (1994), el Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003 y 2004), el Tesoro léxico de las hablas andaluzas (2000) y, junto con Lidio Nieto, el Nuevo tesoro lexicográfico del español (11 volúmenes, 2007). Dirige la Biblioteca Virtual de la Filología Española, portal de la Biblioteca Complutense que ofrece, de manera libre y gratuita, gramáticas, ortografías y diccionarios del pasado.

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