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Tensión entre España y Marruecos

El médico asegura que "el tiempo para Haidar se acaba"

"Ya no podemos hablar de semanas, sino de horas o días"

José Naranjo

"El tiempo para ella se acaba. Ya no podemos hablar de semanas, sino de horas o días. Está en una situación de mucho riesgo". Así ha valorado el estado de salud de Aminetu Haidar el médico que lleva tres semanas atendiéndola, el director del hospital insular de Lanzarote, Domingo de Guzmán Pérez Hernández, quien ayer visitó a la activista dos veces para "aliviarla y confortarla", ya que no le suministra ninguna medicación por decisión expresa de ella.

La activista sufre de dolor ocular, fotofobia, dolores musculares y óseos, mareos e hipotensión postural, lo cual se manifiesta en que tolera cada vez peor mantenerse de pie. "Cada día que pasa es un día menos para ella", dijo el doctor, "la biología no sabe de debates". Estos síntomas son normales tras 21 días sin ingerir ningún alimento, sólo agua y azúcar.

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La patología previa de Haidar, una hemorragia digestiva por una úlcera, y las secuelas de sus cuatro años en las cárceles marroquíes no hacen sino acortar aún más su capacidad de resistencia. El facultativo se muestra prudente a la hora de vaticinar su posible traslado a un hospital o de pronosticar cuánto tiempo puede aguantar. "De momento no necesita de ingreso hospitalario, pero todo puede cambiar en horas o días. La situación en la que puede peligrar su vida es un horizonte cierto y verdadero", añadió.

El empeoramiento del estado de salud general de la activista ha hecho recomendable que el médico la visite no una, sino dos veces al día. El doctor dice que si se tratara de un varón de complexión fuerte su capacidad de resistencia sería mayor, pero que le preocupa especialmente el debilitamiento de Aminetu, una mujer de apariencia frágil que ha sufrido largos periodos de cárcel y tortura.

No está claro si un juez podría obligar a Haidar a recibir alimento. En el caso de las huelgas de hambre protagonizadas por terroristas, la Audiencia Nacional autorizó a los médicos a alimentarlos de forma forzosa. Estaban presos y bajo la custodia del Gobierno. No es el caso de la activista. Colisionan ahora el derecho a la libertad y el derecho a la vida.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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