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Un mes de arresto al general Blas Piñar por descalificar a la cúpula del Ejército

El jefe del Ejército anticipa la sanción para evitar que prescriba la falta

Miguel González

Un mes de arresto domiciliario ha sido la sanción impuesta por el jefe del Estado Mayor del Ejército, Carlos Villar, al general de brigada Blas Piñar Gutiérrez, hijo del fundador del partido ultraderechista Fuerza Nueva. Es la máxima sanción posible para una falta disciplinaria leve, aunque no se descarta que, cuando concluya el expediente, se pueda elevar a la categoría de grave. Se trata de un arresto sin precedentes para un general y más aún si ya no está en activo.

La causa del arresto es la carta que el pasado 19 de enero, coincidiendo con su pase a la reserva, dirigió Piñar a la quincena de tenientes generales que forman el Consejo Superior del Ejército. En la misiva se quejaba del supuesto trato discriminatorio padecido a causa de su apellido y arremetía contra la cúpula militar, a la que culpaba de convertir al Ejército en "una institución no sólo ciega, sorda y muda sino, además, insensible, sumisa y desvertebrada".

Piñar criticaba la política de Defensa, asegurando que se han adoptado "posturas incompatibles con los compromisos asumidos por España", e incluso deslizaba velados llamamientos golpistas. "Me seguiré esforzando por mantener la esperanza de que el Ejército quiera, sepa y pueda reaccionar antes de que sea demasiado tarde para España", decía.

No es la primera vez que suscribe un texto golpista. En 1981, cuando era capitán, fue uno de los promotores del llamado Manifiesto de los 100, que arremetía contra la prensa y apoyaba a los implicados en el 23-F.

A pesar de estos antecedentes, en 2002, como coronel, mandó la agrupación española en Bosnia y en 2004 ascendió a general. El origen de su disgusto está en que no se le dio el mando de una brigada.

La decisión de imponer ya el arresto se ha tomado para evitar que prescribiera la falta, si al final queda en leve. La ley califica como tal "la falta de respeto a superiores, las razones descompuestas o réplicas desatentas". Pero lo peor de la carta no son las formas, sino el fondo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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