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SOS Racismo denuncia las manifestaciones racistas tras el crimen de Sitges

Interior considera que el asesinato y la posterior marcha racista son "hechos puntuales"

SOS Racismo ha denunciado hoy el "odio racista" que ha desencadenado el crimen ocurrido en Sitges (Barcelona) el pasado 7 de julio y ha pedido al consistorio de esta localidad que "rechace de manera contundente las acciones con tintes xenófobos". SOS Racismo ha lamentado la muerte del joven de 20 años fallecido en Sitges y ha añadido que "este dolor y rabia no puede abrir paso al odio racista y a la impunidad de manifestaciones de este tipo".

Por su parte, el departamento de Interior de la Generalitat considera que tanto el asesinato cómo la marcha racista -bajo el lema 'Por la seguridad ciudadana. Expulsión delincuentes extranjeros'- son "hechos puntuales". Interior no quiso hacer más valoraciones al respecto.

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Por la seguridad ciudadana. Expulsión delincuentes extranjeros. Con ese eslógan se manifestaron este miércoles un centenar de jóvenes por las calles de Sitges (Barcelona), un centro de veraneo célebre por su liberalidad —este pueblo costero es un polo de atracción de turistas gays. Los protestantes marcharon en recuerdo de Joel Rodríguez, un chaval de 20 años recién cumplidos que murió anteayer de una puñalada en el corazón durante una reyerta. Los atacantes, que la policía catalana ya ha detenido, fueron tres españoles y un dominicano.

No importó ese detalle a los manifestantes, que dejaron tras de sí pintadas como Y luego se preguntan porqué somos racistas, Basta de democracias, o 60 años atrás esto no hubiera sucedido. Uno de ellos llegó a encararse a un turista extranjero que, molesto por su contenido xenófobo, descolgó uno de los carteles que convocaba a la manifestación y con los que los jóvenes habían empapelado el núcleo histórico de la ciudad. El Ayuntamiento, que declaró un día de luto por el crimen, no los había descolgado al inicio de la marcha, que no fue convocada oficialmente.

"Si empiezan a quejarse de los extranjeros, tendremos guerra", se preocupaba una vendedora de helados que trabaja y vive justo enfrente del lugar en el que murió Joel. Fue al cabo de la calle conocida como del Pecado, en la que las cafeterías se mezclan con discotecas y locales de ambiente. Este miércoles, en ese lugar, los amigos desolados de Joel colocaron velas y flores que observaron, sorprendidos, los turistas en bermudas. Sorprendida estaba también la heladera, y muchos comerciantes y vecinos, que no recordaban un crimen similar en el pueblo. Y una frutera estaba asustada: había sufrido amenazas de amigos de la víctima por haber preguntado, la tarde del crimen, cuándo se levantaría el cerco policial que incluía su tienda.

"Me abrazó antes de caer al suelo"

Los amigos llamaban Portu a Joel Rodríguez, de 20 años recién cumplidos, porque su madre es portuguesa, cuenta Claudio. Este compañero del chico fallecido asegura que iba con él en el momento de su muerte. "Paseábamos el perro de un colega, que tiraba de la correa, y Joel le dio un empujón a los latinos." Luego se cambiaron miradas agresivas y se enzarzaron en una reyerta que, posiblemente, no hubiese pasado de ser una pequeña pelea si los contrincantes no hubiesen llevado encima una navaja. "Le dieron una puñalada en el pecho y se me abrazó antes de caer al suelo".

Fue sobre las seis y media de la tarde de anteayer, y los servicios de emergencias no le pudieron reanimar. El cadáver se levantó, finalmente, a las diez. Poco antes de la pelea, Joel estaba en el parque cercano en el que se han concentrado hoy sus amigos, cuenta Silvia, de 16 años, y hermana de la novia del fallecido. "Trabajaba instalando ventanas", explica esta chica, desolada, que vive en Barcelona y pasa sus veranos en Sitges. Allí se conocieron Joel y su hermana, Marta, hace dos años, añade.

Pintadas que han hecho algunos de los participantes en la manifestación.
Pintadas que han hecho algunos de los participantes en la manifestación.BERTRAN CAZORLA

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