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Una mujer denuncia la muerte de su padre tras esperar una hora y 35 minutos a la ambulancia

El SUMMA asegura que fue atendido en 27 minutos y que se movilizaron "los recursos adecuados"

Margarita Cillero no se resigna, porque cree que la muerte de su padre se podía haber evitado. Esta vecina del barrio madrileño de Aravaca denuncia que el pasado 29 de noviembre pasó una hora y 35 minutos desde que su padre se desplomó y llamaron al 112 hasta que llegó una ambulancia a su casa y que, en el transcurso de la dramática espera, recibieron dos llamadas en las que les preguntaban cómo estaba el paciente. El enfermo, Manuel Cillero, de 79 años, sufrió un infarto y había fallecido bastante antes de la llegada de la ambulancia. Sin embargo, el SUMMA asegura que el paciente fue atendido en 27 minutos y que se movilizaron "los recursos adecuados". En todo caso, la Comunidad de Madrid establece un tiempo de respuesta de 15 a 20 minutos para la atención a las emergencias sanitarias.

Según el relato de Margarita, sus padres se encontraban en su casa de Aravaca -a nueve kilómetros de la Puerta del Sol- la tarde del jueves 29 de noviembre cuidando de su hijo. Su padre, de hecho, había llevado al niño a clases de inglés a las seis de la tarde. A su regreso, comenzó "a sentirse mal" y perdió el conocimiento. Al verlo en ese estado, su madre llamó a su hermano para que telefoneara al 112. La mujer estaba tratando mientras tanto de "reanimarlo con lo poco que sabía", consciente de "que cada vez que llama uno al 112 te entretienen haciéndote mil preguntas". Margarita asegura que su hermano comunicó con Emergencias "entre las ocho menos diez y las ocho menos cinco".

Pasado cinco minutos de las ocho, el 112 llamó al domicilio para preguntar por el estado del paciente. La madre les dijo que estaba "inconsciente", que ella temía que se estuviera muriendo y que "por favor", enviaran "cuanto antes una ambulancia". El operador le pasó "con un médico" que le hizo "otras muchas preguntas, como si respiraba o tenía pulso". La mujer respondió que cree que tiene pulso pero muy débil y que, una vez más, manden por favor una ambulancia. Margarita no entiende por qué "llaman a una señora de 77 años para hacerle una serie de preguntas que es incapaz de contestar, en lugar de mandar ayuda".

A las nueve menos veinte, la hija, que ya había llegado a la vivienda alertada por su hermano, volvió a telefonear al 112 por segunda vez, aunque no tiene ninguna duda de que su padre había muerto "sin ninguna atención médica que le socorriera, habiendo cotizado a la Seguridad Social 65 años". "Lo encontré muerto, frío. ¿Hay derecho a ello? ¿Hay derecho a dejar morir a una persona sin que por lo menos intenten salvarle la vida?", se pregunta Margarita.

A las nueve y cinco, el servicio de Emergencias volvió a llamar por teléfono para preguntar cómo se encontraba el paciente. "Les respondí que cómo me pueden preguntar eso cuando no había llegado todavía la asistencia médica que habíamos solicitado, que mi padre estaba muerto desde hacía tiempo y que mandasen a alguien de una maldita vez. Y colgué el teléfono", relata. A la llegada del equipo médico, entre las nueve y veinticinco y las nueve y media, éste le comunicó ante sus quejas que habían acudido tan pronto como les habían avisado y que veían desde Las Rozas.

"Miraron a mi padre y nada más verlo supieron que estaba muerto, que ya nada se podía hacer por él. Le hicieron un electro para justificarse y, de paso, dárselo a la policía, que, por cierto, sí que llegó pronto", añade la hija del fallecido. "Simplemente llegaron para certificar su muerte. Mi padre se encontró desatendido, abandonado a su suerte", se lamenta. La autopsia reveló que su padre, que estaba "completamente sano", había muerto de un paro cardiaco. La familia Cillero puso una reclamación el pasado día 4 de diciembre, de la que obtuvo contestación el 27 de diciembre. En la carta, Sanidad asegura que no coinciden las horas de los hechos y que se envían las ambulancias "según las prioridades". "Como si mi padre no lo necesitara", añade. Margarita Cillero ha denunciado también el caso, a través de una carta, a la Asociación del Defensor del Paciente, quien a su vez ha puesto el asunto en manos del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes, a quien reclaman "una investigación exhaustiva".

La Consejería de Sanidad remite al SUMMA, que ha asegurado a esta web que el paciente fue atendido "en 27 minutos" y recibió la "asistencia sanitaria necesaria". Preguntado por el registro de las llamadas, que podría confirmar o desmentir la acusación de la mujer, un portavoz del SUMMA alega que estos registros están "protegidos por la Ley de Protección de Datos" y que no se los enseñarán a nadie salvo que lo ordene un juez. Según los datos del SUMMA y del 112, la primera llamada consta a las 20.32 y la ambulancia llegó a las nueve. Margarita lo niega.

El tiempo de respuesta

La Comunidad de Madrid establece un tiempo de respuesta de 15 a 20 minutos para la atención a las emergencias sanitarias. La resolución de 25 de mayo de 1998 de la Subsecretaría del Ministerio de Sanidad y Consumo concreta que la atención de urgencias hospitalarias y emergencias sanitarias a domicilio corresponden al Summa-061, que es el organismo que recibió el aviso de asistencia. Además, con fecha 26 de marzo de 2001, la Consejería de Medio Ambiente aprobó los protocolos de actuación para las llamadas de urgencias 112, que definen las prioridades en función de las emergencias.

Según esta orden, los problemas respiratorios, las hemorragias y los problemas cardiacos tienen señalada una prioridad de uno sobre tres. El 18 de mayo de 2006, se aprobó la Carta de servicios de Samur-Protección Civil, que se compromete, entre otras cuestiones, a dar respuesta a las llamadas de asistencia en un tiempo inferior a los 10 minutos.

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