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Reportaje:

Los musulmanes viran a la izquierda

Los partidos locales de Ceuta y Melilla coquetean con IU para unirse al PSOE

Hay que conceder la Medalla de Oro al Hospital Militar porque la ciudad tiene contraída con él una "deuda histórica". El Ayuntamiento debe también "implicarse más en las fiestas y actividades que acompañan al Ramadán", el mes de ayuno para los musulmanes. ¿Qué partido puede en algún lugar de España mostrarse agradecido al Ejército y querer a la vez respaldar el ayuno islámico? Izquierda Unida, la más antimilitarista y laica de las formaciones políticas españolas. ¿Dónde formula esa reivindicación? En Melilla.

En la ciudad autónoma, IU se llama desde junio Coalición por Melilla (CpM), dispone de cinco escaños en la Asamblea de la ciudad y, pese a la fuerte abstención de los musulmanes, obtuvo más votos que el PSOE en las elecciones locales. CpM es un partido casi exclusivamente musulmán, hasta el punto que sus detractores del Partido Popular, que gobiernan en el Ayuntamiento, le acusan de "no asumir la celebración de la españolidad" de Melilla.

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Hace cinco meses el Consejo Político Federal de IU aprobó que CpM se federase con la coalición sin que perdiera su soberanía en el ámbito de Melilla. Desde entonces, el líder del partido local, Mustafá Aberchán, médico de 49 años, se ha convertido en un hincha de Gaspar Llamazares.

Aberchán, que adquirió la nacionalidad española hace 21 años, no tiene dudas de que esa adscripción a IU es compatible con la defensa de los intereses específicos del colectivo musulmán, que constituye casi la mitad de los 65.000 habitantes de la ciudad. Por eso reivindica, por ejemplo, facilidades de aparcamiento ante determinadas mezquitas o que el tamazig (rifeño) sea lengua vehicular "y más tarde cooficial".

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Pero su asociación con IU es, ante todo, un trampolín para estrechar lazos con el PSOE, en cuyas filas militó de joven. En 2007 concurrieron coaligados a las elecciones autonómicas y en marzo pasado CpM renunció a presentar candidato a las legislativas, para apoyar al del PSOE. A cambio, los socialistas respaldaron a Aberchán para el Senado.

La alianza funcionó. Gregorio Escobar, aspirante socialista a diputado, quedó a sólo 401 votos de su adversario popular, Antonio Gutiérrez. En la sede local del PSOE, militantes de ambos partidos celebraron juntos el retroceso del PP y la victoria en Madrid de José Luís Rodríguez Zapatero. "Nuestra unión es un proceso irreversible", repite desde entonces Aberchán.

A Mohamed Ali, de 32 años, español de nacimiento y líder de la Unión Democrática Ceutí (UDCE), le gustaría ser de Melilla. Dirige el principal partido de oposición al PP, integrado casi exclusivamente por musulmanes y que apuntala a la pequeña rama local de IU, pero no logra establecer con el PSOE una relación similar a la que mantiene el melillense Aberchán.

Ali lo ha intentado todo para congraciarse con los socialistas: acude a la televisión Al Jazeera para resaltar la españolidad de su ciudad; pese a ser musulmán practicante, apoya el matrimonio homosexual y el aborto; también renunció a presentar candidato a las generales y se volcó en apoyar al del PSOE.

Cómo Aberchán en Melilla, Ali quiere que el árabe dialectal, que habla un 40% de los 75.000 ceutíes, se introduzca paulatinamente en la enseñanza, en los trámites administrativos, etcétera. Pero, para tranquilizar, asegura que "se está forjando un árabe ceutí" diferente del marroquí.

Hace casi un año, Ali escribió al entonces secretario de Organización del PSOE, José Blanco, pidiéndole una cita para hablar de "la unidad de las fuerzas progresistas", pero recibió la callada por respuesta. "Estamos dispuestos a todo, incluido a integrarnos en el PSOE, porque compartimos sus valores", declaró. Pero los socialistas le dan con la puerta en las narices. El PSOE está hecho trizas en Ceuta desde que, en las autonómicas de 2007, obtuvo su peor resultado: dos diputados, nueve veces menos escaños que el PP.

Toñi Palomo, la secretaria general, dimitió y a continuación la agrupación fue disuelta cuando la mayoría de sus militantes pedía un congreso extraordinario. El PSOE de Ceuta concurrió disuelto a las legislativas de marzo. El diputado gaditano Salvador de la Encina encabeza una gestora encargada de refundarlo.

"Lo que quiere Ali no es aliarse con nosotros sino lanzar una OPA hostil para adueñarse del PSOE y eso no lo vamos a permitir", asegura un colaborador de De la Encina. Para los socialistas críticos, la alianza con los musulmanes es, en cambio, indispensable "porque sólo juntos podremos ser alternativa de poder al PP".

La gestora abrió este mes un proceso de adhesión de militantes, con vistas a la celebración de una asamblea constituyente para refundar el partido, pero nada más hacerlo se desató la polémica. "Está cargado de irregularidades porque no se publicaron las fechas ni horas de afiliación, ni se da copia de los impresos rellenados", denuncia Javier Martínez, un crítico rodeado de simpatizantes. "Es de poca calidad democrática", insiste por escrito la socialista Luisa Díaz.

En las apenas diez horas que se pudo hacer el trámite, se apuntaron 280 personas al nuevo PSOE, casi el doble de los militantes que había anteriormente. De la Encina sospecha que muchas solicitudes no son trigo limpio. Por eso anunció en rueda de prensa que "se peinarán" detenidamente. "Hemos aprendido a conocer a las personas que intentan sumarse al partido con una u otra intención", advirtió.

¿Quiénes son esas personas? "Se cree que son unos 80 musulmanes", responde Martínez. Habrían sido animados a apuntarse por Mohamed Ali para que, una vez dentro del PSOE, propugnen la coalición con el partido musulmán. El líder de la UDCE desmiente promover la afiliación de sus correligionarios.

Para el quipo de De la Encina se trata de evitar "el entrismo" en el PSOE de gentes ajenas al socialismo. Para el crítico Martínez, cabe más bien preguntarse "por qué el partido de la Alianza de Civilizaciones tiende a convertirse en el del enfrentamiento de civilizaciones y de la discriminación en una ciudad en la que la integración es necesaria porque el racismo está a flor de piel".

Mustafá Aberchán y Gaspar Llamazares, el año pasado en Melilla.
Mustafá Aberchán y Gaspar Llamazares, el año pasado en Melilla.EFE

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