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La ocupación del AVE Madrid-Lleida no superó el 50%

Los trenes no lograron alcanzar la velocidad máxima de 200 kilómetros por hora

Los diversos AVE que partieron ayer de Lleida hacia Madrid y viceversa llegaron puntuales a sus destinos. En su primer viaje comercial, la ocupación no superó el 50% (de las 7.500 plazas sólo se ocuparon 3.400). Ángel Jiménez condujo el primer tren que cubrió el trayecto Madrid-Lleida y aseguró que no alcanzó la velocidad máxima (los 200 kilómetros), pero podrá hacerlo cuando funcionen los mecanismos de seguridad. "En Sevilla podemos llegar con las cortinas corridas, pero aquí la información es visual", dijo.

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El primer tren que cubrió el trayecto entre Madrid y Lleida, vuelta incluida, fue conducido por Ángel Jiménez quien, como el resto de la tripulación, procede de la línea Madrid-Sevilla. Conductor, interventores, camareros y azafatas coincidían en afirmar que había sido un viaje plácido. El tren, aseguró Jiménez, no superó en ningún momento la velocidad máxima permitida (los 200 kilómetros), aunque está en disposición de hacerlo en cuanto que funcionen los mecanismos de seguridad.

"En Sevilla podemos llegar a la estación con las cortinillas de la ventanas corridas, pero aquí la información es visual", dijo, tras dejar el tren estacionado en Atocha con cuatro minutos de adelanto sobre el horario previsto.

Todas las tripulaciones del AVE Lleida-Madrid proceden de la línea de Sevilla y han sido traslados sin consulta previa. "Hemos venido los más antiguos", aseguraron dos azafatas.

En este tren, que salió a las siete de la mañana de la ciudad catalana, viajó una representación municipal que fue a desayunar a Zaragoza, para volver poco después al punto de origen.

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El único incidente del día se produjo en la línea de Renfe entre Tarragona y Lleida. Una caída de fluido eléctrico hizo que el Talgo quedara parado y llegara con 12 minutos de retraso a Lleida. Luego recuperó el tiempo y entró en la estación madrileña de Atocha con un ligero adelanto.

Muchos de los pasajeros de ayer eran curiosos que querían vivir la experiencia del primer viaje de un tren de alta velocidad, que, de todos modos, no circula por encima de los 200 kilómetros por hora. La denominación oficial "alta velocidad" se reserva a los trenes que superan los 300 kilómetros.

"Está bien, muy bien y nos hemos divertido mucho", afirmaba un grupo formado por ocho pasajeros (cuatro hombres, todos ellos llamados Josep, y cuatro mujeres) que subió en el tren a Lleida a las 11.05 para viajar a Madrid. "No hay gran diferencia con el Talgo", dijo una de las mujeres.

Renfe ha vendido hasta ahora 30.224 billetes para los AVE y los Talgo-Altaria. De ellos, 16.000 han sido adquiridos en los últimos cuatro días y 7.316 son para este fin de semana.

Los dos trenes AVE que viajarán hoy por la tarde entre Madrid y Lleida estaban ayer completos. Pero había una cantidad importante de asientos libres.

El AVE que partió de Lleida a las 11.05 en dirección a Madrid, con una capacidad para 325 pasajeros, iba al 50% hasta Zaragoza, donde se celebran las fiestas del Pilar, y sólo un centenar de personas prosiguió viaje hasta Atocha. Entre 20 y 30 de estos pasajeros eran periodistas de diversos medios que deseaban conocer de primera mano el resultado del primer viaje del tren de alta velocidad más lento del mundo.

Durante el trayecto no faltaron los chistes sobre el riesgo de un hundimiento en la zona de Zaragoza o sobre los retrasos. "A la velocidad que vemos pasar las matas llegaremos antes de lo previsto", decía un pasajero. Y otro le respondía: "Mientras no tengamos que bajar a empujar". También fue motivo de chanzas que el tren no parara en ninguna estación entre Zaragoza y Madrid. No pocos pasajeros comentaron la estabilidad del tren, gracias a la baja velocidad y a que las vías son nuevas. Otros explicaban la distancia hasta el trazado de Renfe, que en algunos puntos es coincidente y en otros ni siquiera es visible. Al final el resultado era satisfactorio para la mayoría.

El AVE, a su llegada a la estación de Lleida tras su primer viaje comercial
El AVE, a su llegada a la estación de Lleida tras su primer viaje comercialHERMÍNIA SIRVENT

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