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Un perturbado se cuela en una comisaría y sale a patrullar de uniforme en Lleida

El hombre, vestido de 'mosso', se puso a dirigir el tráfico en el centro de la ciudad

Un joven con las facultades mentales perturbadas se coló ayer en los vestuarios de la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Lleida y, tras conseguir un uniforme, salió a "patrullar", sin armas, por las calles de la ciudad hasta que fue detenido, ha confirmado hoy la policía autonómica. Los hechos ocurrieron alrededor del mediodía de ayer, cuando Miguel C.G., vecino de Lleida, se dirigió a la comisaría de los Mossos de la calle Sant Hilari y, aprovechando que en aquellos momentos estaba llena de gente, en lugar de entrar por la puerta principal se dirigió a la parte trasera del edificio y lo hizo por el acceso destinado a los agentes.

Sin que nadie advirtiera su presencia, el hombre logró entrar en los vestuarios y, tras forzar una taquilla, se puso la camisa, el pantalón y la gorra de un agente y salió a la calle vestido de mosso. El joven fue interceptado poco más tarde en una calle de la ciudad -donde según algunas fuentes en algunos momentos se puso a dirigir el tráfico- por los Mossos, a los que les llamó la atención verle mal vestido, sin el cinturón ni el arma reglamentaria, con la ropa mal puesta y haciendo "cosas raras", según han explicado desde la comisaría.

No tuvo acceso a ningún arma

Los agentes comprobaron que el joven había robado el uniforme y lo detuvieron por usurpación de funciones públicas y sustracción y, tras tomarle declaración, fue puesto en libertad y pasará a disposición judicial. Desde la comisaría de Lleida han asegurado hoy que en ningún momento el joven tuvo acceso a ningún arma, ya que éstas se cierran siempre bajo llave en un armero, ni tampoco accedió a documentos importantes. Los Mossos, que aseguran que nunca antes se había colado nadie en las dependencias policiales, han iniciado una investigación para aclarar dónde falló la seguridad, ya que, a pesar de que hay un agente en la puerta principal vigilando y cámaras en los pasillos interiores, nadie se percató de la presencia del joven.

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