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La policía detiene al presidente y a otros tres motoristas de los Hell Angels de Valencia por extorsión a otra asociación

Están acusados de exigir 10.000 euros para no reventar las concentraciones anuales de otra asociación, y comida y bebida gratis

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Castellón han detenido a cuatro cabecillas del grupo Hells Angels de Valencia, entre ellos su presidente, como supuestos autores de los delitos de extorsión y asociación ilícita. Según fuentes policiales, los arrestados llevaban años exigiendo "altas cantidades de dinero y diversos privilegios" a otros clubes, como el Big Twin de Castellón, a cambio de no "destrozar" las concentraciones anuales que estos organizaban.

Durante la investigación, los agentes contactaron con los responsables del club castellonense, que realiza, desde hace más de dos décadas, concentraciones anuales de motos Harley Davidson en la capital de La Plana. Según la policía, los responsables confirmaron que el grupo de sospechosos les extorsionaba y exigía distintas "cuotas" por supuestos servicios no prestados. Los afectados pagaban a este grupo más de 10.000 euros por cada concentración anual, una extorsión que ha durado más de 20 años, según las fuentes policiales. Sin embargo, miembros de este mismo club negaron una extorsión continua y tan dilatada en el tiempo.

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Los presuntos extorsionadores, semanas antes de la celebración de la concentración motera anual, citaban al responsable de la asociación organizadora del evento para que acudiera a su sede. "Allí le registraban, le quitaban los teléfonos y efectos personales, y era conducido ante el presidente de la asociación investigada en Valencia", indica el relato policial. Esta persona, ahora detenida, P.R.S., de 43 años, "era la encargada de imponer las condiciones para que el evento discurriera sin incidentes". Dicho de otra forma, supuestamente imponía a la asociación organizadora una "cuota desorbitada" por un supuesto servicio de seguridad durante el evento. También establecía otras condiciones como una carpa propia en el recinto, bebida y comida gratis o un puesto de venta sin autorización ni pago de tributos. Si las víctimas no cumplían sus peticiones les "amenazaban con reventar el evento mediante peleas, agresiones, quema de motocicletas o agresiones físicas a sus miembros, especialmente al responsable y a su familia".

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