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Asesinato de ETA en Francia

La policía francesa considera que ETA le supone ya un problema interno

La mayor vigilancia obliga a los terroristas a dispersarse por el país vecino

Mikel Ormazabal

"ETA también es un problema para Francia", aseguran fuentes policiales parisinas. En sectores políticos del País Vasco francés que antes estaban en la órbita de Batasuna y ahora están lejos de ese mundo constatan con asombro la condescendencia que tuvo durante mucho tiempo el Gobierno de París con la organización terrorista a cambio de que no atentara en su territorio. Así pudo establecer, a un paso de la frontera española, un auténtico santuario donde se escondían los jefes militares, guardaban sus arsenales y planificaban la actividad armada. Esa aparente tranquilidad, según expertos antiterroristas, fue desapareciendo conforme aumentó, sobre todo a raíz de la ruptura de la última tregua a finales de 2006, la intervención en suelo francés de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado españoles, en especial la Guardia Civil.

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Comenzó entonces una mayor coordinación con la policía francesa, que decidió incrementar su implicación en la lucha contra ETA, recuperando los efectivos y medios materiales que había recortado mientras estuvo vigente el alto el fuego. Fruto de ello, los resultados en esta última etapa han sido incontestables. "Ahora están más repartidos en Francia. Se sienten más vigilados", sostienen las mismas fuentes policiales, que han podido comprobar el uso por parte de los etarras de infraestructuras "muy poco estables" -alquilan por semanas casas rurales y residencias de verano- y, por lo general, en lugares muy distantes del suroeste francés.

La última gran detención, a finales de febrero pasado, del responsable del aparato militar, Ibon Gogeaskoetxea, se produjo en Normandía. Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y su sustituto, Aitzol Iriondo, cayeron a finales de 2008 también lejos del País Vasco francés. Esta dispersión de los terroristas se deduce asimismo de la localización de los últimos zulos en diversos puntos del país vecino. "ETA deambula por Francia", explican los policías consultados, que también remarcan el grado de "improvisación" con que actúan ahora los miembros de la banda.

Los gendarmes han trasladado en varias ocasiones a su Gobierno que debe ocuparse de la persecución de etarras como si se tratara de un problema de orden nacional, y no como algo que sólo atañe a España. Confían en que el asesinato de un cabo francés podría contribuir a reforzar la vigilancia y el combate contra ETA.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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