Las policías de Melilla se querellarán por el cartel colocado en la frontera

Las policías destinadas a la frontera de Melilla van a presentar, hoy o a más tardar el lunes, una querella por calumnias, injurias y contra el derecho al honor y a la propia imagen contra los representantes de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos y el Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla por un cartel de un fotomontaje en el que aparecían, perfectamente reconocibles, a nueve de ellas rodeadas de manos ensangrentadas.

Este es un incidente más en una frontera en la que las funcionarias llevan sufriendo insultos y vejaciones en los últimos tiempos. Una de ellas incluso fue agredida el 2 de agosto en Farhana.

El representante de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos, Mounaim Chaouki, defendía ayer el bloqueo que sufrió la ciudad por lo que considera agresiones recientes de la policía en la frontera. La versión de los agentes es bien distinta y denuncian que desde junio se han registrado al meno cinco incidentes de carácter machista, protagonizados por marroquíes que querían cruzar a España.

Los marroquíes no niegan que exista el problema pero niegan que sea por machismo, sino que se debe a supuestas agresiones. Piden además "policías veteranos y especializados" y "no en prácticas".

En el origen de las protestas que dieron lugar al bloqueo de camiones que transportaban fruta, verduras, pescado y marisco ayer tiene su origen en un incidente el pasado 16 de julio en el puesto fronterizo de Beni Enzar. Cuatro marroquíes con pasaporte belga trataron de pasar a Melilla en un vehículo descapotable. La versión marroquí es que llevaban una bandera y dos policías les instaron a retirarla; al negarse, las agentes llamaron a los antidisturbios, que los golpearon hasta que pudieron huir. La versión española sostiene que las agredidas fueron las agentes. Se negaron a mostrarles la documentación alegando que Melilla era marroquí. Una de las policías era musulmana y hablaba varios dialectos marroquíes, por lo que entendió sus burlas; al subir el tono de los improperios, las agentes llamaron a los antidisturbios.