Una política muñidora de pactos e incombustible
Abogada que tuvo despacho en Palma pero que nunca ejerció en el foro e impulsora de la potente empresa de su familia ligada a obras y transportes, Maria Antònia Munar (1955) es uno de los políticos que más tiempo lleva en el poder en España. Desde que en 1979 fue elegida alcaldesa de su pueblo, Costitx (Mallorca), no ha dejado de estar en el escaparate y, a la vez, en la rebotica de los secretos. Ha sido consejera de Cultura de Baleares, presidenta del Consell de Mallorca y desde 2007 preside el Parlamento de Baleares. Es el único diputado que ha sido miembro de la Cámara autonómica en todas las legislaturas, desde 1983.
Incombustible, elegante, dura y seductora, sus fieles y sus adversarios le llaman Sa Princesa, Na Munar, MAM. Es el alma y la imagen de Unió Mallorquina (UM), partido insularista, liberal y de centro, nacido de una escisión de la UCD de Suárez y que tiene como referentes Convergència Democràtica de Catalunya y el PNV.
Es la líder y muñidora de pactos del grupo bisagra que es UM, que con sus votos determinantes dio al PSOE la presidencia del Gobierno de Baleares, del Consell de Mallorca y del Ayuntamiento de Palma de Mallorca. Se las arrebató al Partido Popular, que había sido su socio hasta las elecciones autonómicas de 2007. El líder regional del PP, Jaume Matas, y su mano derecha, Rosa Estarás, intentaron la aniquilación política de UM y de Munar pero ésta sobrevivió y finalmente fue la que le impidió a Matas volver a gobernar. Ella calificó de "bruja" a Estarás, y el PP identificó a Munar y UM como "la corrupción".
Ayer, tras difundirse su imputación, salió del Parlamento sonriente, con apariencia tranquila.
