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EL Pleno del Congreso

Los portavoces vascos denuncian que la tortura es una práctica habitual

Los tres representantes vascos no se limitaron a pedir responsabilidades y garantías jurídicas para que no vuelvan a repetirse las torturas en España. Sus tres portavoces, Carlos Solchaga, por el grupo socialista; Joseba Azcárraga, por el PNV, y Juan María Bandrés, por el Grupo Mixto (Euskadiko Ezkerra) manifestaron su convencimiento de que, con anterioridad al fallecimiento de Arregui, se ha torturado en las dependencias policiales del País Y asco.El más audaz en sus declaraciones fue Bandrés, «Desde que yo era un abogado joven, hace ya muchos años», dijo, «y vi por primera vez a un vasco torturado en la cárcel de Martutene, hasta hoy, no he dudado de que se seguía torturando en Euskadi, y así selo hice saber al presidente Suárez en una carta remitida el pasado 7 de enero, donde le relataba casos concretos de malos tratos graves, y le pedía que tomase medidas al respecto. Esa carta», prosiguió, «nunca me fue contestada».

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En este mismo sentido se pronunció Carlos Solchaga, al afirmar: «Se sigue torturando, y no hay más que fijarse en que, trece días después del arresto, el compañero detenido junto con Arregui ha pasado a la enfermería para que le sea extraída la bala que se le incrustó en el hombro durante el tiroteo del pasado día 4». Igualmente, el peneuvista Azcárraga añadió: «Teníamos la seguridad de que se seguía torturando en las dependencias policiales, porque los mismos mandos policiales del franquismo siguen en sus puestos».

Gravedad del momento

También coincidieron los tres portavoces vascos al señalar la gravedad de los momentos actuales por los que atraviesa Euskadi. Carlos Solchaga mostró su incredulidad ante la casualidad de que justo cuando se estaba creando el frente para la paz, asesinaran en un bar del País Vasco-francés a un presunto etarra y dos individuos «destrozaran la frontera de Hendaya»; que cuando se había «encontrado al hombre idóneo para negociar y pactar con ETA -Argala-, éste fuera asesinado en muy raras circunstancias, y, finalmente, que cuando, tras la visita real y las manifestaciones originadas tras el asesinato del ingeniero Ryan, abrían una posibilidad de pacificación en el País Vasco se haya producido la muerte de Arregui». Juan María Bandrés resumió muy brevemente cuál era, a su juicio, el actual estado de la población vasca: «No hay más que escuchar cómo vuelven masivamente a gritar gora ETA y como nos llaman traidores a los que venimos a esta Cámara de Diputados. Yo creo», añadió, «que no se han retrocedido veinte pasos como dijo el lendakari Garaikoetxea; se han retrocedido doscientos pasos».

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Finalmente, tanto el peneuvista Azcárraga como Juan María Bandrés denunciaron la escasa eficacia de la comisión investigadora de malos tratos del Congreso, «cuyos trabajos han sido bloqueados por UCD», según matizó el representante de Euskadiko Ezkerra. Joseba Azcárraga pidió durante su intervención la libertad del empresario Luis Suñer, «y con esto se demuestra que no sólo se tortura en las dependencias policiales o en las cárceles», concluyó.

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