La presidencia del TSJ valenciano se dirime entre cuatro candidatos

La comisión de calificación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya ha elegido a los candidatos entre los que estará el próximo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia: los conservadores Pedro Castellano y Vicente Magro; la progresista Mercedes Boronat y el independiente José María Tomás i Tío. El pleno se reunirá a finales de mes.

La elección de presidente de un TSJ obliga a una mayoría cualificada, de 13 de los 20 miembros que componen el pleno del CGPJ. Es más una batalla política que de capacidad jurídica. Es la fuerza de las asociaciones, su capacidad para negociar la que decide quién es el elegido. Nada está cerrado, pero casi. Pedro Castellano, ex presidente de la Audiencia Provincial de Valencia, es la apuesta del sector más conservador de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). Fue durante años el delfín de Juan Luis de la Rúa, presidente del TSJ de Valencia desde hace casi 11 años y que lleva casi uno en situación de prórroga. Pero las diferencias entre ambos provocaron incluso que De la Rúa apostara por otro hombre de confianza, el magistrado Edilberto Narbón, que no ha logrado pasar el corte de la comisión de calificación.

Vicente Magro, presidente de la Audiencia de Alicante, ex senador del PP, también es de la APM. Fernando de Rosa le arrebató supuestamente la vicepresidencia del actual CGPJ que le habían prometido. Pasa por ser un innovador en la aplicación de la Justicia. En su comparecencia ante la comisión de calificación presentó una veintena de protocolos de temática diversa.

Mercedes Boronat pertenece a Jueces para la Democracia. Es magistrada del TSJ valenciano, con una dilatada carrera como juez y como asociada. Basó su proyecto en la independencia judicial, la necesidad de modernizar procedimientos y de acercar la justicia al ciudadano. Por último, José María Tomás i Tío es presidente de la sección segunda de la Audiencia de Valencia y ex decano de los jueces de Valencia. Es independiente y defendió un cambio sustancial en las relaciones entre la justicia, las instituciones y la sociedad.

Para elegir a uno es necesario el acuerdo entre conservadores (nueve representantes) y progresistas (otros nueve representantes en el pleno del CGPJ). La suma del representante por el PNV y del propuesto por CiU no es suficiente. Son 13 los votos necesarios. Los acuerdos pasan no sólo por la presidencia de Valencia, sino por Cataluña, Andalucía y la sala segunda del Tribunal Supremo. Los progresistas no están dispuestos a renunciar a la presidencia de Cataluña. Si consiguen que su candidato sea votado por los conservadores, deberán hacer lo propio para la plaza de Cataluña. Pedro Castellano, a pesar de contar con muchas reticencias entre los vocales propuestos por los socialistas, parece tener más fácil lograr la presidencia ante el peso que supone aceptar a Vicente Magro por haber sido senador popular.