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Reportaje:Controversia política por el 'caso De Juana'

Del reagrupamiento a la prisión atenuada

El PP acercó presos al País Vasco tras el secuestro de Ortega Lara

La prisión atenuada concedida a Iñaki de Juana Chaos, el preso etarra que se puso en huelga de hambre durante 115 días en protesta por su condena, no es el primer trato favorable que un Gobierno da a un miembro de la banda terrorista ETA. En este caso, ETA no reivindicó nada para De Juana, pero el Gobierno ha preferido una solución que evita la muerte del etarra.

Durante el Gobierno de José María Aznar se sucedieron los gestos de uno u otro signo que favorecían a presos etarras y, de alguna manera, atendían a reivindicaciones históricas de ETA.

La banda secuestró al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, afiliado al Partido Popular, el 17 de enero de 1996. El último Gobierno socialista de Felipe González agonizaba y la banda terrorista planteaba duras exigencias. Para la liberación del funcionario de prisiones no había cifra de dinero sino exigencias políticas: la reagrupación de presos etarras en cárceles próximas al País Vasco. El entonces ministro del Interior, Juan Alberto Belloch, se negó al chantaje que planteaba ETA y Ortega Lara siguió encerrado en un zulo, vigilado por terroristas etarras y esperando una solución que no llegaba.

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Aznar ganó las elecciones generales de 1996 y tomó posesión en mayo. Sólo un mes después, con Ortega Lara secuestrado, el Ministerio del Interior, a cuyo frente estaba Jaime Mayor Oreja, anuncia su intención de reagrupar en cárceles del País Vasco o próximas a esta comunidad autónoma a 150 presos de ETA. El 23 de junio, la banda terrorista dicta una tregua de una semana y el Gobierno aprueba el 29 de junio, con Ortega Lara secuestrado, el reagrupamiento de 32 presos de ETA en prisiones de Euskadi o próximas a esa comunidad.

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Enrique Villar, delegado del Gobierno del PP en el País Vasco, explicó así la medida: "Los movimientos que se están produciendo van en la línea de conseguir que estas personas que lo tienen retenido cambien de alguna manera su salvaje comportamiento y se obtenga la libertad de este señor".

Por si no había quedado claro que el Gobierno del PP estaba moviendo ficha a la espera de una respuesta positiva de ETA, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, declaró esos días: "Los miembros de ETA, en el supuesto de que en un momento determinado decidieran una actuación, que ojalá no se produzca, lo tienen más complicado en el sentido de que no pueden justificar que aquí se ha producido una cerrazón y una intransigencia por parte de Interior".

No hubo cerrazón del Gobierno de Aznar sino apertura: 32 presos de ETA, al menos 13 de ellos probados asesinos, fueron acercados al País Vasco como quería la banda terrorista que había secuestrado a José Antonio Ortega Lara.

Entre los que se beneficiaron de esas medidas de favor del Gobierno Aznar están los que siguen, con acusaciones de asesinato a sus espaldas:

-Begoña Uzcudun Echenagusias. Acusada de tres asesinatos y varios intentos de asesinato.

-Luis María Lizarralde Izaguirre. Acusado de seis asesinatos y varios intentos de asesinato.

-José Manuel Arzallus Eguiguren. Acusado de dos asesinatos y otros delitos de terrorismo.

-Ernesto Alberdi Olano. Acusado de dos asesinatos, un intento de asesinato y otros delitos de terrorismo.

-José María Zubiaurre Portugal. Acusado de cuatro asesinatos.

-María Amor Sagastume Arrieta. Condenada por dos asesinatos.

-Pedro María Aira Alonso. Acusado de un asesinato y de dos intentos de asesinato.

-José Ignacio Picabea Burunza. Condenado por un asesinato y otros delitos de terrorismo.

-Iciar Galardi Sagardia. Condenado por un asesinato y colaboración en otros dos asesinatos.

-Ignacio Mendiburu Iturrain. Condenado por un asesinato y otros delitos de terrorismo.

-Miguel Ángel Osa Aldecoa. Condenado por un asesinato.

-José Manuel Olaizola Eizaguirre. Condenado por un asesinato.

-José Miguel Arbelegui. Acusado de un asesinato, un secuestro y varios intentos de asesinato

Aquel guiño del Gobierno de Aznar a ETA sirvió de poco en relación con Ortega Lara. Sólo la brillante actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado permitieron la liberación del funcionario de prisiones el 1 julio de 1997.

Sin embargo, el PP siguió con su política de acercamiento de presos a cárceles de la Península (incluyendo a Iñaki de Juana Chaos, condenado por 25 asesinatos; y Domingo Troitiño, responsable de los asesinatos de Hipercor) y de concesiones de terceros grados a presos de ETA que padecían alguna enfermedad. Algunos de los excarcelados por este sistema murieron meses después pero otros siguieron viviendo con normalidad fuera de la cárcel, como Jon Idígoras.

En estos dos primeros años del Gobierno de Aznar se sucedieron los asesinatos de ETA (Jesús Cuesta, E. Olaciregui, Domingo Puente, Rafael Martínez Emperador, Francisco Arratibel, Modesto Rico, F. J. Gómez Elósegui, Luis A. Samperio, J. M. García Fernández) hasta la tregua de septiembre de 1998, pero los acercamientos de presos no se detuvieron.

Ya advirtió Mayor Oreja que aquella política penitenciaria debía servir igual para un momento de tregua que para otro sin ella.

Josu Ternera (izquierda) saluda al etarra Ernesto Alberdi tras la excarcelación de éste en septiembre de 2001.
Josu Ternera (izquierda) saluda al etarra Ernesto Alberdi tras la excarcelación de éste en septiembre de 2001.EFE

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