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El rechazo hacia los inmigrantes creció del 8% al 32% en los últimos ocho años

Un estudio del CIS muestra el aumento de la xenofobia durante el Gobierno del PP

La actitud de rechazo entre los españoles hacia los inmigrantes se ha multiplicado por cuatro en los últimos ocho años. La proporción de ciudadanos "reacios" hacia el colectivo de extranjeros se incrementó desde el 8% hasta el 32% en el periodo comprendido entre 1996 y mayo de 2004, que coincide con la etapa de gobierno del PP. Esta evolución es recogida en un estudio realizado por la socióloga María Ángeles Cea a partir de las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y editado por dicho organismo oficial bajo el título La actividad de la xenofobia en España.

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Inmigración estable

El estudio monográfico, del que informa la agencia Europa Press, relaciona el incremento de la xenofobia con una mayor presencia de extranjeros. El aumento gradual en el "rechazo declarado" se debe igualmente a la reducción en el número de personas que no declaran una postura definida. Así, las personas que muestran una postura ambivalente han pasado de representar el 51% de la muestra a alcanzar el 28% en el periodo estudiado.

María Ángeles Cea, socióloga de la Universidad Complutense de Madrid y responsable de la monografía, considera que estas cifras son "alarmantes", teniendo en cuenta que la encuesta se realiza mediante una entrevista personal, "cara a cara", y que los indicadores utilizados en los barómetros son, en su mayoría, "demasiado directos" en la medición del racismo, lo que propicia su ocultación.

El cambio de tendencia, con el rechazo al alza de los inmigrantes, se empieza a detectar sobre todo a partir de 2000 y se observa en todos los indicadores utilizados en los sondeos del CIS. Así, se detecta una mayor intolerancia cultural (cada vez son menos los españoles a favor de que los inmigrantes mantengan sus costumbres) y también el rechazo a la concesión de derechos de ciudadanía, "en especial el voto en las elecciones generales", cuestión ésta que nunca ha sido planteada por el Gobierno.

El análisis muestra que desciende la simpatía hacia los inmigrantes en general. La clasificación de los peor valorados es liderada por los marroquíes. La falta de simpatía se acusa más a lo largo de los últimos años respecto a los ciudadanos de países que más han incrementado su presencia en España y con quienes nos unen menos vínculos culturales: africanos, asiáticos y europeos del Este.

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Pocas relaciones

A su vez, con la pérdida de simpatía crece la reticencia de la población autóctona a una interrelación con los inmigrantes que suponga un grado de intimidad máximo, como el casamiento o las relaciones de amistad. Por contra, crecen las relaciones "menos voluntarias", como las de trabajo y de vecindad.

La imagen tópica negativa que vinculaba la inmigración con el aumento del desempleo y la disminución de los salarios ha dejado paso a la vinculación de los extranjeros con actividades delictivas. En este sentido, es de recordar que los Gobiernos del PP insistieron en la relación entre el fenómeno migratorio y la delincuencia común.

Por el contrario, cada vez se valoran menos los actos de violencia contra los extranjeros, aun coincidiendo los barómetros con sucesos como los de la localidad almeriense de El Ejido (ocurridos en febrero de 2000) y los del barrio de Can'Anglada en Terrasa (en julio de 1999).

Por lo que se refiere a los medios de comunicación, el estudio destaca las noticias sobre inmigración, el racismo, el multiculturalismo y los problemas de convivencia e integración. "Todo este noticiero se suma a las reiteradas noticias de interceptaciones de pateras, de detenciones de inmigrantes y de reyertas", afirma el texto.

Según el estudio, el rechazo a los inmigrantes es más manifiesto en personas de más edad (en especial los jubilados), de menor nivel de estudios, ideológicamente ubicadas a la derecha, en católicos practicantes y en ciudadanos de estatus social más bajo.

Por comunidades autónomas, se comprueba el efecto diferencial de vivir en aquellas que han experimentado un mayor incremento de la población inmigrante.

Así, las comunidades cuyos habitantes muestran mayor rechazo a la inmigración son Aragón, la Rioja, Murcia, Extremadura y las dos Castillas. A éstas se suman Baleares y Canarias, las comunidades autónomas de mayor densidad de población extranjera.

Por ello, la responsable del estudio concluye que la convivencia con minorías étnicas no implica, necesariamente, una mayor confraternización de etnias y culturas diferentes. "Al contrario, despierta sentimientos xenófobos alentados por prejuicios étnicos", apostilla.

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