El repunte de cayucos satura la comisaría del sur de Tenerife con más de 500 'sin papeles'

Un nuevo cayuco, el número 22, desembarcó ayer a 98 personas en el puerto de Los Cristianos (Tenerife) elevando a 1.150 los sin papeles llegados a Canarias en los últimos cinco días. El repunte en la llegada de cayucos no ha saturado los centros de acogida de las islas, pero su capacidad, de 1.778 plazas, ha bajado a 453. La afluencia de inmigrantes con la llegada del buen tiempo llevó de nuevo la tensión a la comisaría del sur de Tenerife, uno de los escenarios de la crisis del año pasado. En sus instalaciones se hacinaban ayer 522 subsaharianos.

La llegada 1.150 sin papeles en 22 embarcaciones a Canarias en los últimos cinco días ha reproducido en Tenerife la tensión que generó el año pasado la crisis de los cayucos. Además de la actividad constante entre los agentes de la Guardia Civil, los efectivos de Salvamento Marítimo y los integrantes del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Cruz Roja, los inmigrantes han vuelto a hacinarse en la comisaría de policía en Playa de Las Américas.

Los agentes no dan abasto y se reproducen las escenas de centenares de africanos agrupados en pocos metros cuadrados. La única diferencia respecto a entonces es que la Delegación del Gobierno ha habilitado una carpa. En ella y en los garajes de la comisaría se reunían hasta ayer 522 subsaharianos a la espera de ser interrogados y de ser conducidos a los juzgados de Arona.

El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Hoya Fría, inicialmente con 265 plazas, y ampliado a 320, ayer alojaba a 428 personas, mientras el campamento militar de La Esperanza (en La Laguna), que el año pasado llegó a albergar a más de 3.500 subsaharianos, permanece cerrado y sólo tiene habilitadas ocho tiendas de campaña, suficientes para 96 plazas.

El CIE de El Matorral, el antiguo cuartel de la legión en Fuerteventura, con 1.289 plazas, tenía hasta ayer 289 inmigrantes, con lo que se encontraba al 22% de su capacidad. En Gran Canaria, el de Barranco Seco alojaba a 89 inmigrantes en sus 169 plazas.

Repatriaciones

En numerosas ocasiones, cuando las cifras de los centros de Gran Canaria y Tenerife se desbordaron, el Gobierno fletaba aviones y barcos para trasladar inmigrantes a Fuerteventura, desde donde partían vuelos de repatriación a Marruecos, Mauritania o la Península. Este sistema funcionó hasta que, el año pasado, miles de senegaleses cruzaron más de 2.000 kilómetros de mar hasta llegar a Tenerife y todas las plazas disponibles resultaron insuficientes.

De todos los efectivos implicados en la acogida de inmigrantes (Guardia Civil, Salvamento Marítimo, policía y Cruz Roja) sólo esta última ha actuado con previsión. Sus almacenes están "perfectamente dotados" de mantas, ropa y alimentos para atender cualquier eventualidad, según confirmó ayer la organización humanitaria. En los juzgados de Arona sigue operativo el juzgado especial de inmigración, aprobado el año pasado, dotado por el Estado de un juez y un secretario judicial. El Gobierno de Canarias aportó su ubicación, material y los funcionarios necesarios, además de habilitar refuerzos para la Gomera y El Hierro.