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La controversia política por el 'caso De Juana'

Los senadores del PP boicotean la intervención de Zapatero con insultos y abucheos

Pablo Ximénez de Sandoval

Fue una de las sesiones más broncas del Senado en esta legislatura. El presidente del Gobierno, preguntado por la concesión de la prisión atenuada al etarra Iñaki De Juana, dio explicaciones a los ciudadanos y a las taquígrafas de la Cámara.

El PP, pese a que era el autor de la pregunta, se negó a escuchar la respuesta. Los senadores del principal partido de la oposición interrumpieron, gritaron y abuchearon hasta lograr un grado de confusión que a punto estuvo de hacer incomprensible parte de la intervención de Zapatero.

El presidente defiende en el Senado que la prisión atenuada a De Juana es legal y está avalada por una resolución judicial
El Grupo Popular califica la decisión de "fraude de ley" y asegura que el Gobierno "se ha dejado doblegar" por el etarra
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Nunca se había visto al presidente de la Cámara tan irritado. Cuando el hemiciclo parecía un estadio de fútbol, Javier Rojo interrumpió a José Luis Rodríguez Zapatero y gritó, dirigiéndose a los escaños del PP: "Uno tiene la impresión, y creo que quienes nos están escuchando también, de que aquí no se quiere escuchar nada, salvo a nosotros mismos. Ésa es la impresión que espero que tenga la sociedad española. ¡Esto es una vergüenza, señorías!". Los populares no callaron ni mientras se les llamaba la atención, ante el estupor del resto de los grupos. Rojo tuvo que interrumpir otra vez más.

Los micrófonos de los escaños, que discriminan el ruido ambiente, permitieron que los ciudadanos oyeran ayer hablar desde la guerra sucia de los GAL a la prisión atenuada de De Juana pasando por el secuestro de Ortega Lara y las huelgas de hambre de los GRAPO. El repaso lo hicieron el presidente del Gobierno y el portavoz el PP en el Senado, Pío García Escudero, intentando cada uno hacer que el partido del otro apareciera más condescendiente con ETA, más humillado por la banda. El Senado vivió así "un debate que nunca se ha producido en democracia", según lo definió Zapatero.

El jefe del Ejecutivo aceptó el debate, pero no la confrontación. Se esforzó por explicar que el etarra "execrable" De Juana cumple pena de tres años por amenazas, no por sus 25 asesinatos. Que la revisión de su condena acarrea la revisión de su situación carcelaria. Que la decisión de que cumpla en prisión atenuada es legal y cuenta con el apoyo de los informes médicos y de una resolución judicial.

El presidente leyó el auto del juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional: "No constituye ningún beneficio penitenciario, puesto que se aplica un tratamiento individualizado previsto en el reglamento penitenciario por estrictas razones fundamentadas en informes médicos".

García Escudero dio la clave de su oposición a esta medida: "Que sea legal no significa que sea obligatorio". El Gobierno, dijo, tenía otras opciones, y eligió mejorar la situación de De Juana. "La verdad es que el terrorista no estaría hoy con un pie en la calle si usted no lo hubiera querido así", zanjó. La decisión es "un fraude de ley".

El presidente calificó de "valiente" la decisión adoptada sobre De Juana y el portavoz popular se agarró a esa palabra para atacar: "Resistir hasta el final una huelga de hambre como hizo Felipe González con un preso del GRAPO, resistir el chantaje de un secuestro y de un asesinato como hizo José María Aznar con Miguel Ángel Blanco. ¿Es que ellos no fueron valientes?". García Escudero acusó a Zapatero de dejarse doblegar por el pulso que planteó De Juana, que permaneció en huelga de hambre durante 115 días. El portavoz del PP

acabó su invectiva con un tono grandilocuente: "¿Qué democracia es ésta?", y calificó la política socialista de "farsa siniestra" y "trueque repugnante". Su discurso fue duro y contundente. Para ello disfrutó de silencio y respeto por parte del hemiciclo. A Zapatero, los senadores populares no le concedieron ese privilegio.

En su último turno, el presidente comenzó: "No es la primera vez que un Gobierno cede a un chantaje de ETA...". El estupor cundió en la Cámara ante esta frase, tomada de inmediato como un reconocimiento implícito de que ha cedido a un chantaje. El vocerío popular convirtió el hemiciclo en un estadio de fútbol celebrando un gol. Varios minutos después, y tras llamar la atención gravemente Javier Rojo a los populares, Zapatero pudo terminar: "No es la primera vez que un Gobierno cede a un chantaje de ETA. Es la primera vez que un partido responsable dice que el Gobierno ha cedido a un chantaje de ETA". Un aplauso cerrado logró levantar el equívoco inicial.

Las constantes interrupciones y abucheos espesaron el discurso de Zapatero, lo alargaron media hora y lo hicieron parecer disperso. El presidente había anunciado el martes que "se iban a conocer cosas que no se sabían" sobre la política penitenciaria en la etapa del PP. Ayer habló de los 306 presos de ETA acercados a cárceles de Euskadi o cercanas cuando gobernaba José María Aznar, 54 de ellos con penas de más de 30 años; citó expresamente al terrorista Iñaki Bilbao, excarcelado tras 17 años de prisión y que dos años después asesinó al concejal socialista Juan Priede. Y habló de los 350 días de redención de pena otorgados por el PP a De Juana por el "esfuerzo literario" de escribir un panfleto contra las prisiones españolas. "Los ciudadanos tienen derecho a conocer, para ver que estamos ante un debate plagado de hipocresía y de cinismo", remachó. Zapatero recordó que cuando el PSOE hacía oposición, "nadie hizo una crítica, nadie preguntó" por la política penitenciaria del PP. "Ustedes concedieron la libertad condicional a 21 etarras por motivos de salud. En algún caso no habían cumplido la décima parte de la condena".

Luego rememoró que, secuestrado Ortega Lara, el Gobierno del PP acercó a 43 presos a Euskadi, como había exigido la banda. Y rescató las palabras del entonces ministro Jaime Mayor Oreja: "Los miembros de ETA, [para matar a Ortega Lara] lo tienen más complicado en el sentido de que no pueden justificar que aquí se ha producido una cerrazón y una intransigencia por parte de Interior".

Zapatero concluyó: "Antes o después, esta separación entre el PP y el PSOE en torno a la política antiterrorista y la defensa de los valores que compartimos tendrá que terminar. Antes o después".

Senadores del Grupo Popular increpan al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la sesión de control.
Senadores del Grupo Popular increpan al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la sesión de control.BERNARDO PÉREZ
Zapatero, durante una de sus intervenciones.
Zapatero, durante una de sus intervenciones.BERNARDO PÉREZ

LOS ARGUMENTOS DE UN DEBATE

Zapatero: "El Estado de derecho no puede renunciar a aplicar las disposiciones legales que encuentran su fundamento en el respeto pleno del derecho a la vida"García Escudero: "A usted le ha echado un pulso un terrorista y se ha dejado doblegar. No había que hacer un mártir y lo que ha hecho es un héroe"Zapatero: "No es la primera vez que el Gobierno ha cedido al chantaje de ETA, es la primera vez que un partido político responsable se atreve a decir que un Gobierno ha cedido al chantaje de ETA. Estamos ante un debate plagado de hipocresía y de cinismo"García Escudero: "Nosotros estamos muy orgullosos de la política antiterrorista de Aznar. ¿Lo está usted de otros Gobiernos socialistas?"

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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