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Tras la senda de Carlos Fabra

Nadie asume responsabilidades políticas hasta que exista sentencia firme

Lo único que comparten todos los casos en la Comunidad Valenciana es la doctrina Fabra. O dicho de otra manera, la negativa a asumir responsabilidades políticas hasta que exista una sentencia firme. En enero de 2007, el presidente de la Diputación de Castellón, que ya llevaba imputado tres años, marcó la línea que iba a seguir y que, al final, ha mantenido todo el PP de la comunidad, haciendo caso omiso del propio código ético del partido. El alcalde de Vila-real, Manuel Vilanova, fue condenado por el Tribunal Supremo a un año y medio de prisión y ocho años de inhabilitación por prevaricación al hacer caso omiso a las denuncias de unos vecinos por el ruido procedente de una industria. Pese a que la condena procedía del Supremo, el PP de Castellón insistió en que no presentara la dimisión e incluso rechazó su renuncia. No fue hasta 50 días después de que se hiciera pública la condena cuando Vilanova logró que el partido aceptara su renuncia, tras anunciar su firme intención de no repetir como candidato aun en el caso de que lograra el indulto. Con Carlos Fabra, presidente del PP provincial, como firme defensor de la "honradez" de Vilanova, los populares de Castellón marcaron la línea que, años después, sigue el PP valenciano. La imputación dejó de ser motivo de expulsión del partido y ni siquiera las sentencias eran causa de expediente aunque los fallos procedieran del Supremo. "La sentencia no es firme hasta el último estado", dijo Fabra, en referencia al Tribunal Europeo de Estrasburgo.

Después de ganar en 2007, Fabra dijo sentirse "absuelto por el pueblo"
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Tras esta polémica, el presidente de la Diputación de Castellón, imputado por tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal, se ha mantenido en su cargo, siempre apoyado por su partido. Meses después de la condena a Vilanova y tras el triunfo electoral de 2007, el presidente del PP de Castellón dijo sentirse "absuelto por el pueblo". Desde entonces, no han cesado las muestras de apoyo. En julio de 2008, cuando Fabra ya había sido objeto de una denuncia por fraude fiscal, el presidente del PP nacional, Mariano Rajoy, se refirió a él como un "ciudadano ejemplar". Un año después, cuando ya había estallado el caso Gürtel, Carlos Fabra insistió en el respaldo del PP nacional. "A Francisco Camps, Rajoy le ha dado su apoyo por activa y por pasiva y a mí también", declaró. "Yo no tenía que decirle a mi madre todos los días te quiero mucho más que ayer pero menos que mañana, porque mi madre sabía que la quería más que a nada en el mundo, y lo sabía sin que yo se lo dijera", añadió a modo de explicación. Y, claro, las palabras de ánimo, alivio y apoyo, recibieron en más de una ocasión la respuesta del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que pasó a ser un imputado más, ubicándose así en el mismo escalón que Fabra, a quien ha llegado a dirigirse alabando la "enorme suerte" que tiene tanto él como la provincia de Castellón de tener a Carlos Fabra como presidente de la Diputación y del Partido Popular en la provincia.

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