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Ante el debate del estado de la nación

Los socialistas muestran su soledad en el Parlamento

La izquierda y los nacionalistas acentúan su alejamiento

Ningún grupo parlamentario mostrará la más mínima simpatía o empatía con el presidente del Gobierno en el segundo debate del estado de la nación de la legislatura. Por el contrario, la gama de actitudes y posiciones políticas se moverá entre la descalificación rotunda, el distanciamiento y la regañina por "haber llegado tarde". La única concesión que se le hará tampoco será amable: solo ahora, cuando ha rectificado su política económica, se pueden apreciar algunos aciertos. Este es el dibujo que trazan los grupos sobre su posición ante el examen al jefe del Ejecutivo.

Pasado el ecuador de la legislatura, la situación de soledad del Gobierno se ha acentuado de una manera drástica, como se pondrá de manifiesto los próximos martes y miércoles. Ya no habrá complicidades; todas se han perdido de manera paulatina, aunque no siempre los argumentos para dar la espalda al Gobierno resistan un análisis sólido y fundamentado. "Quien se acerque al Gobierno se abrasa", sentenció hace meses el portavoz de ERC, Joan Ridao, a modo de descripción. Quizá los grupos de la izquierda -ERC, IU, ICV y BNG- son los que acumulan más argumentos para justificar su alejamiento del Ejecutivo: han sido los socialistas los que han querido distanciarse. Esta es la denuncia que hacen tras "comprobar" que el Gobierno buscó el apoyo de CiU, PNV y Coalición Canaria para abordar las medidas contra la crisis.

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Los tiempos de cercanía con la izquierda terminaron cuando la legislatura se tornó exclusivamente económica. Sólo se han reanudado las relaciones para sacar adelante la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

"Hay una salida social a la crisis económica que el Gobierno ha rechazado", ha clamado el diputado de IU, Gaspar Llamazares. La misma queja la entona Joan Herrera, de ICV. Un intento serio de ERC para pactar la reforma laboral resultó baldío porque los socialistas se han dirigido a CiU. Los nacionalistas catalanes están a la espera de su propio calendario autonómico y ya han dicho que no apoyarán los Presupuestos, y el PNV está dispuesto a hablar con condiciones que tienen que ver con el País Vasco. No hay duda de que tanto el presidente como el portavoz del grupo que lo sostiene, José Antonio Alonso, tenderán la mano de izquierda a derecha para pactar las reformas en marcha. No se la aceptarán en medio del debate, con luz y publicidad, pero las negociaciones empezarán a la semana siguiente. Los portavoces recordarán a Zapatero que él optó por la soledad cuando decidió ser investido sólo con los votos de su grupo, sin pedir apoyo a ningún otro.

Zapatero, rodeado de diputados, al finalizar una sesión del debate del estado de la nación en 2009.
Zapatero, rodeado de diputados, al finalizar una sesión del debate del estado de la nación en 2009.ULY MARTÍN
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El quinto enfrentamiento entre Zapatero y Rajoy

- La crisis económica y la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña marcarán el próximo miércoles y jueves el debate del estado de la nación. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llega muy debilitado por el contexto económico, con casi cuatro millones de parados, y el líder del PP, Mariano Rajoy, con un nuevo escándalo de corrupción en su partido, el caso Brugal, en el que está imputado el líder de la formación en Alicante, José Joaquín Ripoll. Hasta ahora, Zapatero ha ganado siempre estos debates, en los que acostumbra a anunciar medidas para paliar los efectos de la crisis, pero este será sin duda el más difícil porque la ventaja del PP (10,8 puntos) nunca había sido tan grande como hasta ahora. Este es un repaso a los cuatro enfrentamientos entre Rajoy y Zapatero desde que el PSOE ganó las elecciones en 2004.

- Mayo de 2005. "Usted traiciona a los muertos". El terrorismo marcó el primer debate del estado de la nación en el que se enfrentaron Rajoy y Zapatero. En pleno proceso de paz, el líder del PP acusó al presidente de "traicionar a los muertos" y "revigorizar a una ETA moribunda". Zapatero ofreció su "mano tendida a todos" para recomponer la unidad en la lucha contra ETA y se comprometió a trabajar "contra el viento de la deslealtad y la marea de la intolerancia" en política antiterrorista. "No pararé si puedo acabar con ETA" y aseguró que la "confrontación partidista" en materia antiterrorista es "la peor manera de demostrar hasta qué punto las vísceras se utilizan en política". Rajoy le respondió: "No me voy a mover ni en terrorismo ni en la unidad de España".

- Mayo de 2006: consenso contra ETA en vísperas de la ruptura. El presidente del PP sorprendió a los suyos en su segundo debate del estado de la nación al eludir las duras acusaciones que había hecho al Gobierno por su política antiterrorista en el debate anterior, lo que le valió reproches de los medios más radicales por complacencia. El consenso duró poco porque al día siguiente se anunció que los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares se reunirían con representantes de Batasuna, encabezados por Arnaldo Otegi. Rajoy acusó a Zapatero de situar a España en la "incertidumbre" política y económica y su grupo trató de discutir sobre los tiempos de intervención para que los de la oposición se equiparasen con los del Gobierno. También se habló mucho en este debate sobre inmigración. Rajoy aseguró que en este asunto, Zapatero "solo se acuerda de las goteras cuando se inunda la casa".

- Julio de 2007: el

cheque-bebé y las actas de ETA. El 3 de julio de 2007, cuando se produjo el tercer debate sobre el estado de la nación entre Rajoy y Zapatero, aún no se atisbaba el calado de la crisis económica, pero sí la cercanía de las elecciones generales de 2008. Zapatero anunció la concesión de 2.500 euros a las familias por cada nuevo hijo, lo que se conoció como el cheque-bebé. En este debate, Rajoy volvió a atacar a Zapatero por la política antiterrorista y le exigió que enseñase las actas de las reuniones con ETA o convocara elecciones anticipadas. Zapatero aseguró que ETA había roto la tregua porque el Gobierno no había cedido ante los terroristas, y acusó al presidente del PP de desleal.

- Mayo de 2009: ataque al ladrillo. El presidente Zapatero intentó apagar el pesimismo por la recesión con una batería de medidas anticrisis para cambiar el modelo productivo. Anunció la supresión de la desgravación a la compra de viviendas en 2011, 500 euros de ayuda para la compra de un automóvil, 5.000 millones para obras municipales, 20.000 millones más para impulsar la economía sostenible, la reducción en cinco puntos del impuesto de sociedades a las empresas con menos de 25 trabajadores que mantuviesen su plantilla y un recorte de 1.000 millones en los gastos de la Administración. Rajoy no hizo ni una sola propuesta concreta, acusó a Zapatero de ser "un lastre" y despreciar a los cuatro millones de parados. El líder del PP reclamó al presidente que llevara a cabo una reforma laboral y Zapatero contestó: "Si hay alguna propuesta para abaratar el despido o recortar derechos de los trabajadores, le digo desde aquí que no va a pasar. Yo me posiciono: no apoyo rebajar el coste del despido".

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