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El drama de la inmigración irregular

"Es una tragedia insoportable"

Zapatero dice que la ayuda al desarrollo es la respuesta a la inmigración ilegal

Miguel González

La más que probable muerte de 15 inmigrantes, nueve de ellos menores de cuatro años, cuando intentaban alcanzar las costas de Almería es un "drama terrible, casi insoportable" para José Luis Rodríguez Zapatero, quien ayer declaró que "la respuesta más contundente, más de fondo" al problema de la inmigración ilegal es la ayuda al desarrollo. En una rueda de prensa con el primer ministro griego, Costas Caramanlis, Zapatero aseguró que, "crezca lo que crezca la economía", España va a seguir incrementando su ayuda al desarrollo, especialmente de África, e hizo un llamamiento a todos los países, "empezando por los más poderosos", para que sigan su ejemplo. "No puede ser que, creciendo la pobreza, disminuya la ayuda al desarrollo. Es inaceptable", enfatizó. Aunque no citó a ningún país, la mayoría de los miembros del G-8, el club de los más ricos, ha reducido su gasto en cooperación, según la OCDE.

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España ha incrementado su ayuda al desarrollo de menos del 0,3% del PIB en 2004 al 0,5% en la actualidad y se ha comprometido a llegar al 0,7% al final de la legislatura, aunque la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega matizó hace pocos días que probablemente el mayor esfuerzo se realice a partir de 2010, cuando se haya superado la crisis económica. Zapatero no quiso pronunciarse ayer sobre las previsiones de las entidades financieras que vaticinan que España entrará en recesión en los próximos meses e insistió en que lo importante es tranquilizar a la sociedad y mantener las políticas sociales para proteger a los más vulnerables.

Zapatero y Caramanlis defendieron el pacto europeo sobre inmigración y asilo, que calificaron de "equilibrado". "Europa no puede ser una fortaleza ni una casa cerrada y con candado, pero tampoco una casa en la que se entre por cualquier lado. Hay que llamar a la puerta o ser llamado", subrayó el presidente español.

El primer ministro griego obtuvo el apoyo de su huésped a la propuesta de lanzar, mediante un programa piloto, la creación de un servicio europeo de guardacostas, destinado a impedir la inmigración ilegal en el Mediterráneo, pero Zapatero enfatizó que, por mucho que se refuerce el control de fronteras, "siempre va a haber gente que lo intente desde la desesperación. La única solución es que puedan comer en sus países". A su juicio, la cooperación con el Tercer Mundo no es sólo cuestión de altruismo. "O ayudamos a África o nuestro futuro como espacio de progreso y bienestar se puede poner en cuestión", advirtió.

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La primera visita oficial de Zapatero a Grecia comenzó con un desayuno con una decena de empresarios españoles con intereses en este país y siguió con un encuentro con directivos de compañías y administraciones del sector de energías renovables. Los proyectos españoles en este campo, sobre todo en energía eólica, superan los 3.000 millones, pero algunos empresarios se quejan de la excesiva burocracia griega, que demora durante años la concesión de licencias. Zapatero, que ha hecho bandera de este tipo de energía, aseguró que es "la única alternativa capaz de sustituir a los hidrocarburos", ratificando su falta de aprecio por la energía nuclear. Antes de regresar a Madrid, se reunió también con el presidente griego, Karolos Papoulias, y el jefe de la oposición, el socialista George Papandreu. Zapatero hizo escala en Ginebra, donde el pintor Miquel Barceló le mostró los trabajos de decoración de la cúpula del Palacio de las Naciones.

José Luis Rodríguez Zapatero, en la rueda de prensa en Atenas.
José Luis Rodríguez Zapatero, en la rueda de prensa en Atenas.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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