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Dos trenes se quedan a 20 metros de un choque frontal en Barcelona

El pasado viernes, poco después de las 21.30, dos trenes se quedaron a unos 20 metros de un choque frontal en la estación de Sant Vicenç de Castellet (Barcelona) por un fallo en los automatismos, según los sindicatos, o por un error humano, según la dirección de Ferrocarrils de la Generalitat, dependiente del Gobierno catalán.

El pasado viernes, poco después de las 21.30, dos trenes se quedaron a unos 20 metros de un choque frontal en la estación de Sant Vicenç de Castellet (Barcelona) por un fallo en los automatismos, según los sindicatos, o por un error humano, según la dirección de Ferrocarrils de la Generalitat, dependiente del Gobierno catalán.

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Dos días antes, el miércoles 7, otros dos trenes acabaron en una situación similar en la estación de Masquefa, cuando el conductor fue autorizado a saltarse un semáforo rojo en un paso a nivel porque "estaba estropeado", según fuentes de FGC.

Semáforo rojo

El incidente más grave, aunque no tuvo consecuencias "por la rápida actuación de los maquinistas, que hicieron lo que debían", según coinciden en afirmar sindicatos y la compañía, se produjo el viernes cuando un tren de mercancías cargado con potasas que circulaba en dirección a Barcelona fue autorizado a saltarse dos semáforos en rojo "para agilizar el servicio", según fuentes de la empresa.

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En la estación de Sant Vicenç de Castellet, en la línea de Manresa, hay tres vías. En la central estaba parado un tren de pasajeros con destino a Barcelona. El mercancías fue autorizado a pasar por una de las otras dos vías, al mismo tiempo que entraba otro tren de pasajeros con destino a Manresa. Ambos convoyes se encontraron frente a frente y los maquinistas los frenaron, de manera que quedaron a unos 20 metros el uno del otro, según los sindicatos, "a unos 30 metros" según la compañía.

Según los representantes sindicales, se produjo un fallo en el sistema de señales. Añaden que el pasado septiembre el delegado de prevención ya se dirigió al presidente del comité de seguridad de la línea para indicarle la conveniencia de mejorar el sistema de protección automática de los trenes y evitar este tipo de riesgos.

La empresa, en cambio, sostiene que fue un fallo humano. O para decirlo con más exactitud: cuatro fallos. Tres los cometió el operador que autorizó al mercancías a saltarse un semáforo en rojo "dando prioridad a la velocidad sobre la seguridad"; el otro, el maquinista que, siempre según FGC, apretó el botón equivocado y autorizó al tren a saltarse el semáforo y, también, a entrar con el cambio de vías equivocado.

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