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Juicio por el mayor atentado en España

El turno de última palabra más largo de la historia deja el 11-M visto para sentencia

Zougam se considera víctima de los medios de comunicación y de los políticos

Fue el turno de última palabra más largo de la historia. Aunque en otros macroprocesos haya habido más acusados, nunca antes en la historia judicial española el derecho de los acusados a añadir los argumentos de defensa que no hayan mencionado sus letrados, había durado tanto. Algunos de los 28 acusados no quisieron hablar, pero la mayoría se declararon inocentes poco antes de que el juicio, que proseguía a las 22.10, quedara visto para sentencia. Jamal Zougam, considerado uno de los autores materiales de los atentados dijo: "Soy víctima de algunos medios de comunicación y algunos políticos entre el 11-M y el 14-M para acusar del atentado a los islamistas. Yo no sé si han sido o no, probablemente sí, pero yo no fui".

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A partir de ahora, los magistrados se reunirán para dictar una providencia en la que prorrogarán el plazo de dictar sentencia hasta octubre. Los magistrados trabajarán en verano para poder notificar la sentencia como muy tarde en noviembre, ya que es importante que el Supremo pueda estudiar los recursos de casación que previsiblemente se presentarán durante la primavera de 2008. El 13 de marzo de ese año se cumplen los cuatro años de prisión preventiva de los primeros detenidos y aunque una eventual condena prorrogaría automáticamente la prisión preventiva hasta la mitad de la pena impuesta, no son deseables dilaciones, pues quedarían en libertad, aunque fuera temporal, todos los condenados a menos de ocho años de cárcel.

Zougam, para el que se piden casi 40.000 años de prisión, fue el primero en hablar y su discurso duró más de 40 minutos. Lo primero que hizo, lo mismo que luego harían Abdelmajid Bouchar, Basel Ghalyoun, otros dos a los que se acusa de ser autores materiales, y Fouad el Morabit, al que se piden 12 años por pertenencia a banda armada, fue condenar "rotundamente" el 11-M y "cualquier otro que acabe con la vida de las personas". No lo hicieron ninguno de los tres supuestos autores intelectuales de los atentados, Mohamed el Egipcio, Hassan el Haski o Youssef Belhadj, para los que también se solicitan casi 40.000 años. El Haski esbozó una defensa basada en que no conoce los imputados y en que, según alega, no existen pruebas contra él. El Egipcio y Belhadj, sin embargo, consideraron que sus abogados ya habían argumentado suficientemente su defensa.

Zougam aludió a la conocida pregunta que hizo al forense el 15 de marzo de 2004, acerca de quién había ganado las elecciones. "No me lo pude quitar de la cabeza", dijo Zougam, "porque pensé que si nuestras detenciones poco antes de las elecciones habían influido en el resultado íbamos a tener problemas, y así ha sido". Finalmente, pidió justicia porque insistió en que no tiene nada que ver con "ese terrible suceso", en referencia al 11-M.

Frente a las alegaciones de inocencia de casi todos los que intervinieron, destacó el alegato de Rachid Aglif, El Conejo, quien arremetió duramente contra el confidente de la Guardia Civil Rafa Zouhier. Aglif negó que fuera el lugarteniente de Jamal Ahmidan, El Chino, el jefe operativo de la célula autora de los atentados, ni que fuera terrorista. Reconoció que conoció a El Chino, pero "si era terrorista, lo sería él, pero yo no", afirmó. Aglif culpó de sus desgracias a Zouhier, del que dijo que sus declaraciones en el sumario son "falsas, falsas, muy falsas, todas. Si hay una declaración de Zouhier que sea verdadera, que en vez de 20 años me metan 40.000 millones", recalcó. Luego implicó como miembros del grupo del Chino a Otman El Gnaoui, Hamid Ahmidan, Rafá Zouhier, Abdelillah El Fadual y Mamoun Slimane. Los citó dos veces. Por ello, el tribunal prefirió que no volviera a la cabina blindada.

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Zouhier, cuya intervención en la vista siempre ha sido unespectáculo, empezó su larga disertación anunciando que no iba a montar ningún show, aunque, luego, no pudo resistirse y el tribunal le tuvo que interrumpir varias veces. Condenó los atentados y pidió perdón a las víctimas y al tribunal por sus salidas de tono, para arremeter contra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, ya que asegura que él avisó del tráfico de explosivos y que sólo por la incompetencia de esos agentes y en concreto de su controlador, Víctor, no se evitaron los atentados.

Sobre el día en que los islamistas transportaron la dinamita desde Asturias a Madrid, dijo que estaba "de cristal y cocaína hasta el culo en una discoteca". La afirmación tiene por objeto desmarcarse de los yihadistas y de esa operación en la que presuntamente fue intermediario en particular.

Testimonio emotivo fue el de Abdelilah El Fadual, conocido por Panchito. Tras señalar que ni es terrorista ni delincuente, dijo que se siente como una víctima porque su mujer ha tenido que regresar a Marruecos con sus hijos. Indicó que el que Jamal Ahmidan hubiera sido de su barrio y hubieran sido amigos de jóvenes, no quiere decir nada: "La gente nos mete a todos en el mismo saco, pero no todos somos igual".

También fue muy emocionante la intervención de Mamoud Slimane, quien con voz entrecortada señaló que conoció a los islamistas, pero no sabían lo que iban a hacer.

Jamal Zougam, durante la sesión de ayer del juicio del 11-M.
Jamal Zougam, durante la sesión de ayer del juicio del 11-M.REUTERS

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