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El último juicio de los GAL, visto para sentencia

El último juicio de los GAL, en el que se juzga al que fuera jefe superior de Policía de Bilbao Miguel Planchuelo, por su supuesta financiación de los ametrallamientos de los bares Batxoki y La Consolation, en el sur de Francia en 1986, y por los que en 1991 ya fueron condenados los policías José Amedo y Michel Domínguez, quedó ayer visto para sentencia.

La acusación, ejercida por la acción popular de un centenar de ciudadanos, pidió para Planchuelo 114 años de cárcel por seis asesinatos frustrados y pertenencia a banda terrorista, aunque eso sí, instó al tribunal a que rebajara la pena a imponer porque los hechos ocurrieron hace 25 años.

La abogada Begoña Lalana dijo que se trató de terrorismo de Estado, "acciones ilegales que pretendían coaccionar a un país [Francia] para que cambiara una política [la antiterrorista] por muy ilegítima que fuera". "Un Estado que se define democrático no puede ejercer el terrorismo de Estado bajo ninguna circunstancia, porque el mismo hecho subvierte el orden constitucional", precisó. La letrada concluyó que "en España no es posible investigar los hechos en los que ha estado involucrado el Estado, como la etapa oscura de los GAL".

"Hechos deleznables"

El fiscal Pedro Rubira, que pide la absolución de Planchuelo, señaló que no hay una sola prueba que incrimine al acusado en los atentados del Batxoki y La Consolation."Son hechos deleznables, pero no constituyen terrorismo de Estado desde el punto de vista jurídico". El abogado José Aníbal Álvarez, defensor de Planchuelo, pidió la condena en costas para la acusación por ejercerla con temeridad o mala fe. Señaló que su cliente había sido procesado en 1995 y desde esa fecha la acusación no había instado ninguna actividad procesal para probar su supuesta participación en los hechos, lo que no impedía que pidiera 114 años de cárcel para él.

El letrado recordó que su cliente colaboró con la justicia y que "fue Planchuelo el que decidió sentar al ministro del Interior [José Barrionuevo] en el banquillo". Que alguien pretenda juzgarle 25 años después, no es de recibo, insistió. En el turno de última palabra, Planchuelo se declaró inocente y denunció "las mentiras" de un periodista que le implicó en los atentados por comentarios que había oído a otros. La sentencia se conocerá en dos semanas.

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