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Ni una voz contra la corrupción en la Costa da Morte

Grupos de vecinos muestran en la calle su apoyo a los ediles detenidos

"Si están ahí fuera todo el día es porque chupan del bote con los que están dentro", lanzaba el martes una vecina de Corcubión al pasar furtivamente ante las decenas de personas que se arremolinaban a las puertas del juzgado de esta pequeña localidad de la Costa da Morte (A Coruña). Una comarca sacudida por la Operación Orquesta contra la corrupción, en la que están imputadas 11 personas, seis de ellas cargos públicos de Cee, Fisterra y Mazaricos. Predominan los ánimos encontrados ante el destape, a golpe de registros policiales y detenciones, de una presunta trama de sobornos entre políticos y empresarios que ha desatado lamentos por la mala imagen de la zona.

"Cuando no es el chapapote, son las prebendas, menuda propaganda", resumía un joven. Pero también se impuso la ley del silencio. Nadie, en aras de la presunción de inocencia, elevada estos días casi a mandamiento sagrado, se atreve a decir en alto el más mínimo reproche contra los ediles acusados de prevaricación, tráfico de influencias y cohecho.

Dentro del juzgado, el martes estaban, tras pasar la noche en los calabozos de la policía, los alcaldes de Mazaricos y Fisterra, dos tenientes de alcalde de este municipio y otros empresarios de la construcción, padre e hijo. Fuera, además de la nube de periodistas y cámaras, acampaban vecinos de ambos pueblos para exhibir su apoyo a los mandatarios. En el caso de Fisterra, una localidad de 4.995 habitantes gobernada por el PP con mayoría absoluta, no hay familia que no tenga alguien empleado en el Ayuntamiento o vínculo con el partido.

No hay guardería pública, el centro de salud es un edificio vetusto y la crisis puso freno demasiado tarde a una presión urbanística desaforada -la edificación se disparó un 444%- que dejó hileras de urbanizaciones vacías a pie del mar. Pero con o sin corrupción, todos dan por seguro que el PP arrasará en las elecciones.

Más compleja socialmente es la situación de Cee, cuyo alcalde, el independiente Ramón Vigo, y el responsable de Obras son los principales implicados en la operación. La localidad, de 7.500 habitantes, es el centro neurálgico y comercial de la comarca, además de sede de su hospital. Está dividida ante lo ocurrido. Los socialistas, socios de Gobierno de los independientes imputados, mantienen, de momento, el pacto. Pero no con el mismo entusiasmo ni "la confianza ciega" que dijo tener la "vicealcaldesa", la socialista Amancia Trillo.

Por último, Mazaricos, situada en el interior de la provincia coruñesa, "allá en la montaña", dicen los de A Costa da Morte, es un municipio rural y muy agrario de 4.854 habitantes. Comparte con las otras dos localidades la adjudicación de numerosas obras públicas al constructor de Muxía Daniel Ogando, imputado por cohecho junto a su hijo; el supuesto pago de sobornos y la financiación irregular de las fiestas. El alcalde de esta localidad rural -también diputado provincial del PP-, la secretaria del Ayuntamiento y el alguacil forman parte de los 11 imputados.

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La policía detiene a Ramón Vigo, alcalde independiente de Cee, en la Operación Orquesta.
La policía detiene a Ramón Vigo, alcalde independiente de Cee, en la Operación Orquesta.ÓSCAR CORRAL

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