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CIRCUITO CIENTÍFICO
Columna
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Ciencia, ingeniería y desarrollo sostenible

El término 'desarrollo sostenible' se introdujo por vez primera en la Declaración de Río (1992), adoptada por la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Fue un documento básico, de estrategia global, que con rango internacional formuló políticas ambientales y de desarrollo que comprometían a las partes signatarias.

El próximo septiembre, en Johannesburgo, una nueva conferencia internacional está convocada para revisar los compromisos de Río porque, diez años después de la primera cumbre de la Tierra, se ha hecho necesario replantear el modelo de desarrollo sobre otras premisas: reparto más equitativo de los recursos, reorientación de los flujos de intercambios entre el norte y el sur, integración de los elementos económicos, sociales y ambientales en el desarrollo de las naciones.

La comunidad científica y tecnológica no ha querido permanecer al margen de estas trascendentales cuestiones y ha constituido un grupo interdisciplinar de trabajo bajo la denominación International Scientific and Technological Community (IS&TC). Su finalidad es revisar los artículos 31, 34 y 35 de la Agenda 21, que son los relacionados con la ciencia y la tecnología.

El IS&TC está integrado por el Consejo Internacional de la Ciencia (ICSU), la Federación Mundial de las Organizaciones de Ingenieros (WFEO), la Academia de la Ciencia del Tercer Mundo (TWAS), el Panel Académico Internacional (IAP) y el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales (ISSC).

A lo largo de diversas reuniones que han tenido lugar ya en París y Nueva York, y de otras que se van a celebrar antes de la cita de Johannesburgo, este colectivo de científicos e ingenieros trabaja sobre un documento base que será presentado en la próxima cumbre de la Tierra, para su consideración y evaluación por los dirigentes del mundo.

En este documento, el IS&TC plantea que los problemas del desarrollo sostenible pueden ser neutralizados con el uso adecuado y eficiente de las tecnologías, capaces de dar oportunas respuestas a cada uno de los conceptos que frenan el equilibrio medioambiental: el calentamiento global, la pérdida de la biodiversidad, el crecimiento de la población, los modelos de consumo y la expansión de las ciudades.

El desarrollo de las tecnologías de la información, así como la implantación de las redes y servicios de telecomunicación, están cambiando la forma en que se accede y comparte el conocimiento. También están cambiando el entorno en el que se desarrolla la investigación, el trabajo de los científicos y de los ingenieros. Todo ello permite que se pueda aspirar a resultados en tiempos más cortos, si las tecnologías se aplican a la materialización del desarrollo sostenible.

Ésta es la labor en la que está comprometido el IS&TC porque considera que la ciencia y la tecnología tienen mucho que aportar a la reformulación del desarrollo sostenible que pretende la cumbre de Johannesburgo.

Nuestro propósito es implicar cada vez más a los agentes tecnológicos en los centros de decisión de la sociedad, con la finalidad de potenciar la innovación y vincularla directamente al desarrollo económico. Al mismo tiempo, pretendemos facilitar que la ingeniería y la tecnología se especialicen en el desarrollo sostenible.

Ello implica procedimientos de acceso a la tecnología más realistas, tanto en lo que se refiere a la selección de las opciones tecnológicas que más convengan a los correspondientes colectivos sociales, como a que la transferencia de tecnología sea realmente aprovechable para los receptores, particularmente en el caso de los países del Tercer Mundo.

Por último, estamos comprometidos en el seno del IS&TC en alcanzar un conocimiento compartido, porque cada día es más urgente profundizar sobre el significado de los derechos de propiedad intelectual, particularmente sobre las patentes, en un mundo por un lado globalizado y por otro tan desigual.

No sabemos lo que nuestra aportación significará para la cumbre de Johannesburgo, pero nuestro propósito es dar respuesta a nuestra vocación de científicos, tecnólogos e ingenieros formulando iniciativas que aseguren un progreso basado en la tecnología que no sacrifique en absoluto el futuro de las generaciones venideras. Con este espíritu trabajamos y acudiremos, con una sola voz, a la segunda cumbre de la Tierra.

María Jesús Prieto Laffargue es presidenta del Instituto de la Ingeniería de España y miembro del Comité Ejecutivo de IS&TC.

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