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Entrevista:JULIO MERCADER | Arqueólogo

"No hay diferencia entre excavar un yacimiento de chimpancés y uno humano"

Jacinto Antón

Los grandes nombres clásicos de la arqueología, Schliemann, Evans, Carter, se asombrarían de saber que hoy un grupo de científicos excava un yacimiento de... chimpancés. ¿Puede aplicarse la ciencia que llevó a descubrir Troya, Cnossos o la tumba de Tutankamón a la actividad de un grupo de simios? El caso es que el descubrimiento de que grupos de chimpancés de la selva tropical africana seleccionan y emplean de manera recurrente piedras para cascar nueces, haciendo gala de una verdadera cultura lítica -que transmiten a sus crías- ha llevado a aplicar de manera revolucionaria la metodología arqueológica para estudiar esa práctica en el tiempo. Un español, el arqueólogo Julio Mercader (Almería, 1966), de la Universidad George Washington (EE UU), dirige ese trabajo apasionante en lo que es ya el primer yacimiento arqueológico no humano de la historia: Panda 100, en el parque nacional de Tai, en Costa de Marfil, un tupido universo vegetal en el que medra el okapi y que puede albergar grandes revelaciones sobre la historia del linaje humano y sus primos.

"La excavación ilustra la fase previa que conduce a la invención de la piedra tallada"
"El material usado por los chimpancés va a entrar en los museos, eso está claro"

Durante más de un siglo, los chimpancés han utilizado en el sitio, bajo un nogal selvático (Panda oleosa) piedras para abrir las durísimas nueces, dejando testimonios materiales, un auténtico registro arqueológico, de esa práctica. El yacimiento, con una antigüedad de algo más de un siglo, ha arrojado 40 kilos de restos de cáscaras de nuez y medio millar de trozos de piedra, entre "martillos" y lascas resultantes de la percusión. No es el oro de Príamo, pero abre perspectivas insospechadas y líneas de investigación fascinantes en los campos de la primatología y la paleoantropología, porque la investigación permite extrapolar comportamientos de esos chimpancés hábiles a los de nuestros antepasados homínidos. Mercader se encuentra en Barcelona para pronunciar una conferencia, mañana, en el Museo de la Ciencia de la Fundación La Caixa.

Pregunta. ¡Arqueología de los chimpancés! ¿Veremos luego museos de objetos usados por ellos?

Respuesta. La base de datos de que disponemos es aún pequeña, pero si se encuentran más yacimientos... Lo que es seguro es que el material usado por los chimpancés va a entrar en las salas de los museos de paleontología humana y de prehistoria, eso está claro. Y la próxima revisión de los libros sobre la materia va a tener que incluir esos objetos.

P. Un giro copernicano lo de considerar que se puede hacer arqueología de los chimpancés.

R. Sin duda. Pero es así. En el caso de Panda 100 nos encontramos ante la repetida ocupación del mismo lugar y la acumulación de material de desecho que los arqueólogos denominamos yacimiento. Está claro que el hábito de cascar nueces se ha practicado durante generaciones ahí y de hecho hemos excavado restos enterrados hasta una profundidad de 21 centímetros. La arqueología, aunque a algunos les cueste aceptar que se la emplee para contextos generados por culturas no humanas, ha demostrado ser una ciencia fundamental para investigar el pasado de los chimpancés.

P. ¿Qué diferencias hay entre excavar un yacimiento de chimpancés y uno humano?

R. Ninguna. La metodología es la misma que usamos para excavar un entorno forestal humano. En todo caso, en el yacimiento de los chimpancés hemos extremado la precaución, lo recogemos todo.

P. Lo de hablar de cultura en el caso de los chimpancés todavía impresiona.

R. El uso de estas rocas como martillos es un comportamiento cultural, eso no es discutible. La tecnología esta fijada y se transmite de una generación a otra, de madres a hijos (bueno, crías), y está limitada en un espacio, un territorio cuya frontera es el río Sassandra; los chimpancés, al oeste del río practican este comportamiento y los del este no. La práctica es recurrente, los "martillos" se seleccionan, se transportan -en ocasiones desde lejos-, se reutilizan y se emplean hasta que quedan inutilizados. Los chimpancés saben qué tipos de roca sirven y usan de diferentes clases, dioritas, cuarzos, granitos. Se golpea apoyando la nuez contra un "yunque", que es el tocón, la raíz de un árbol o un afloramiento rocoso. Y cada vez que parten nueces generan un montón de basura: cáscaras y fragmentos de piedra. Lo hacen una vez y otra, un año tras otro. Es idéntico a la forma en que se genera un yacimiento humano.

P. Quizá a la luz de este trabajo habría que revisar la noción de herramienta.

R. Bueno, en realidad lo que ilustra nuestra excavación es la fase previa que conduce a la invención de la piedra tallada. Un día, después de producir casualmente miles de lascas te das cuenta de que esos fragmentos de piedra pueden servir para algo y comienzas a hacerlos a propósito, sistemáticamente.

P. Y los chimpancés no han dado ese paso.

R. No, que sepamos. De momento nadie los ha visto coger esas lascas y usarlas. Pero ¿no lo harán en los próximos diez años? ¿Lo han hecho antes y no hemos encontrado evidencias? Lo más interesante en todo caso es extrapolar este comportamiento a nuestros antepasados. Los homínidos dieron el paso y hace 2,5 millones de años tenían herramientas. Uno de los grandes intereses del yacimiento de los chimpancés es que nos coloca en ese momento previo en que saltan las lascas sin intención. Quizá fue eso lo que condujo a nuestros antepasados a hacer herramientas, disponer de ese material de desecho que ellos también producirían.

P. Dado que no se ha demostrado rotundamente aún que los australopitecos usaran piedras como los chimpancés de Panda 100, ¿significa que éstos están más avanzados tecnológicamente que nuestros ancestros?

R. Me pone en un compromiso. A lo mejor usaban ramas, o hacían cestería, o tenían perforadores de hueso. No creo que sea correcto sostener que los australopitecos no tenían útiles.

P. ¿Cuánto tiempo llevan los chimpancés haciendo eso?

R. ¡Ojalá lo supiéramos! No sabemos si es una tecnología que se mantiene estable a lo largo de muchos años, como el achelense o el olduvaiense. Ni si los chimpancés están en el inicio o el final de un proceso. Tampoco sabemos si es un comportamiento que se ha iniciado por imitación de los humanos. Esta línea de investigación acaba de empezar y hay mucho por hacer. Hay que encontrar y excavar yacimientos más antiguos, hace falta más gente, más equipos sobre el terreno. Nosotros estamos preparando un proyecto a tres años con la excavación de diez yacimientos más. Es un asunto complicado, porque excavar en la selva es difícil.

P. Usted sostiene que la arqueología de la selva tropical proporcionará sorpresas.

R. Creo que el bosque de África central alberga una secuencia arqueológica tan antigua y rica como la de África oriental.

P. ¿Hasta qué punto se parecen los chimpancés a nosotros?

R. Cada año que pasa, y cuanto más sabemos de los primates no humanos, encontramos en ellos algo que creíamos que era exclusivo de la humanidad. En todo caso, continúa existiendo la barrera del pensamiento simbólico, la capacidad de abstracción, el arte, los lenguajes, todo eso es exclusivo hoy por hoy de los seres humanos.

P. ¿Miraban ellos, los chimpancés, mientras ustedes excavaban?

R. Un requisito básico de la investigación era minimizar el impacto de nuestro trabajo en las comunidades de chimpancés. No excavamos en yacimientos que aún están en uso, sólo en los abandonados. En todo caso, cuando aparecía algún chimpancé por ahí nos quedábamos muy quietos.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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