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COSMOLOGÍA | Simulación

Un estudio informático revela que el universo está lleno de filamentos

Gran parte del gas del universo forma una maraña de filamentos que llegan a medir cientos de millones de años luz y conectan los grupos de galaxias que se observan en el cielo. La verdad es que esos filamentos no se ven "todavía", dicen los científicos, porque no hay telescopios suficientemente potentes, pero se verán dentro de poco.

Aún así, esa intrincada estructura gaseosa convence a muchos cosmólogos. Es el resultado de una compleja simulación informática, parecida a las que se usan para estudiar la evolución del clima, en la que se reproduce la historia del cosmos casi desde la gran explosión inicial, el Big Bang, hasta ahora.

Se ha modelizado una zona del cielo de 1.500 millones de años luz

Los científicos, liderados por físicos de la Universidad de Boulder en Colorado (EE UU), han tardado diez años en traducir las condiciones físicas conocidas del universo al programa de simulación por ordenador. Han logrado modelizar una región del cosmos de más de 1.500 millones de años luz de ancho, que contiene el 2,5% del universo visible. Además, el modelo permite agrandar regiones de especial interés científico para verlas con más detalle.

"Creo que es un gran paso adelante tanto desde el punto de vista de la tecnología como de la cosmología", afirma Jack Burns, el líder del equipo, en un comunicado de Boulder. "Creemos que esto supone subir un peldaño significativo en la comprensión de los constituyentes fundamentales del universo".

Los cosmólogos calculan que el 70% del universo consisten en energía oscura, algo cuyo efecto se detecta como una aceleración de la expansión cosmológica, pero que nadie entiende; un 25% es materia oscura, invisible pero apreciable por su efecto gravitatorio y sólo el 5% es materia normal (hidrógeno, helio y elementos pesados). Pero un 40% de esta materia normal parece ser que está en forma de gas intergaláctico que podría formar, según las teorías, esos largos filamentos, con grandes vacíos que se aprecian en la simulación, explican Burns y sus colegas.

"Creo que en los próximos años se podrán ver esos filamentos con nuevos telescopios avanzados", dice el investigador de Boulder. Él confía en el Telescopio del Polo Sur (Antártida) y en el que las instituciones estadounidenses Caltech y Cornell están haciendo en el desierto de Atacama (Chile). Son radiotelescopios capaces de detectar materia fría en el cielo.

Para calcular la nueva simulación del cosmos, los científicos han utilizado dos centros de supercomputación, uno en San Diego (California) y otro en la Universidad de Illinois, sumando un total de unas 500.000 horas de proceso de datos y generando 60 terabytes de información, el equivalente a entre tres y cuatro veces el volumen de datos de todos los textos digitalizados de la Biblioteca del Congreso de EE UU. En cuanto al modelo desarrollado para estudiar la evolución del universo, Burns señala que en ciertos aspectos es parecido a los modelos climáticos, ya que ambas investigaciones tienen mucho que ver con la dinámica de fluidos. La investigación se publica en la revista científica Astrophysical Journal.

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