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Blair se convierte al catolicismo

El primado católico de Inglaterra fue el encargado de dirigir la ceremonia en la Casa del Arzobispo en Westminster

El ex primer ministro británico Tony Blair, actual enviado especial del Cuarteto de Madrid para Oriente Medio, ha cumplido su deseo de convertirse al catolicismo, la misma fe que profesa su esposa Cherie, en un acto privado celebrado anoche en la capilla de la Casa del Arzobispo de Westminster de la mano del primado católico de Inglaterra y Gales, el cardenal Cormac Murphy-O'Connor.

"Estoy muy contento de dar la bienvenida a Tony Blair dentro de la Iglesia Católica. Durante un largo tiempo ha asistido de forma regular a misa con su familia y en los últimos meses ha estado siguiendo un programa de formación" para prepararse para este momento, ha señalado el cardenal.

El primado, arzobispo de Westminster, ha asegurado además que sus plegarias están con Blair, con su esposa y con su familia "en este momento alegre en su camino de fe juntos".

La prensa británica había conjeturado desde hace meses con la posibilidad de que el ex primer ministro, que estuvo al frente del Gobierno de Londres durante más de diez años, cambiara de religión una vez que dejara el poder.

Blair, que fue sustituido como primer ministro por Gordon Brown el 27 de junio pasado, fue recibido sólo unos días antes en audiencia por el papa Benedicto XVI entre rumores acerca de su posible conversión al catolicismo.

Según la prensa británica, el ex líder laborista veía en su visita al Vaticano, poco antes de terminar su mandato, una oportunidad perfecta parra hacer ese anuncio histórico, pero fue disuadido por el cardenal Cormac Murphy-O''Connor, arzobispo de Westminster y primado católico de Inglaterra y Gales.

El cardenal, de acuerdo a una información publicada en noviembre pasado por el dominical The Sunday Telegraph, explicó a Blair que sería poco sensato e inapropiado aprovechar una ocasión de tanta visibilidad internacional para anunciar algo tan privado y le recomendó que esperara hasta dejar el poder.

Si no ocurrió durante sus diez años en el número 10 de Downing Street fue, según la prensa británica, porque habría resultado polémico ya que, en interpretación de algunos expertos, la Ley de Emancipación (religiosa) de 1829, que dio plenos derechos civiles a los católicos, impide a un miembro de esa religión ser primer ministro.

También habría creado un conflicto desde el punto de vista de la Iglesia Anglicana ya que el primer ministro es quien elige a los obispos de esta confesión.

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