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Reportaje:

Brasil recupera las cuadrigas

Un empresario de São Paulo quiere rescatar como deporte las épicas carreras romanas al más puro estilo 'Ben-Hur'

El empresario Luiz Augusto Alves hace una demostración de una carrera de cuadrigas, ayer en São Paulo.
El empresario Luiz Augusto Alves hace una demostración de una carrera de cuadrigas, ayer en São Paulo.EFE

Las épicas carreras de cuadrigas romanas, revividas en la película Ben-Hur, se pueden ver ahora en las planicies del Estado brasileño de São Paulo, donde el empresario Luiz Augusto Alves espera hacer de esta práctica un nuevo deporte.

Este visionario empresario del sector de la caña de azúcar ha hecho realidad el sueño de emular las gestas de Charlton Heston en la producción cinematográfica de 1959, pero adaptadas a la realidad del siglo XXI. "No estamos rescatando la época [romana] y no tomamos esto como faena folclórica. Lo que queremos es divulgar un deporte de vanguardia, crear una expectativa de competición deportiva sana", señaló Alves.

La idea surgió en 1995, cuando Alves se recuperaba de un accidente que lo postró algunos meses en una silla de ruedas y decidió apostar por las cuadrigas como pasatiempo. Desde entonces, la técnica para construir los carros y las normas de competición han evolucionado y se han perfeccionado.

"Nuestro primer carro era en lámina de hierro, con unos 120 kilos de peso. Ahora, los últimos los hemos construido en aluminio, reduciendo el peso a 70 kilos. También nos dimos cuenta de que no necesitamos carros extrarreforzados para las carreras", comentó.

El precursor de la nueva práctica deportiva detalló que los carros con refuerzos en su acabado son utilizados para la doma de los caballos, pero después, con animales dóciles y entrenados, se usan cuadrigas más livianas para las carreras.

En la actualidad, la pista de arena de 305 metros de largo por 106 metros de ancho, adaptada entre los plantíos de caña, cuenta con nueve carros que son conducidos por los trabajadores de la hacienda, quienes cambiaron el balón por las riendas y monturas en los ratos de ocio.

Las reglas, explicó Alves, fueron adaptadas de la poca literatura que se tiene al respecto e incluso el propio empresario viajó el año pasado a Roma para indagar más acerca de esta práctica en la época de esplendor del imperio romano.

Los media sangre, cruces de caballos árabes, andaluces, y purasangre ingleses con razas domésticas utilizadas para el arado, son los equinos que Alves utiliza en sus carreras. En cuanto a la seguridad, el empresario contó que "el eje y la tracción aseguran una estabilidad que no permite que el carro vuelque. Lo que pueda acontecer es un riesgo como el de cualquier deporte".

En el reglamento de las carreras de cuadrigas de Alves se precisa que todos los competidores deben tratar de terminar el recorrido, incluso después de sufrir percances. El uniforme de los aurigas está inspirado en túnicas utilizadas por los príncipes egipcios. "No quisimos copiar las armaduras y cascos romanos. Quisimos quitarle ese tinte de violencia al deporte. Tampoco colocamos las puntas de lanzas en el eje de las ruedas, como en la película, que fue sólo un efecto cinematográfico", indicó.

El próximo paso del proyecto, donde cada caballo puede costar 600 dólares y la fabricación del carro, unos 2.500, es conseguir la aprobación de las autoridades para montar una pista con gradas abierta al público y esperar que por cada 3.000 espectadores, uno de ellos se anime a la práctica de las carreras.

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