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Premio a las buenas acciones diarias en la ciudad de Londres

Una iniciativa ciudadana reconoce la amabilidad de la gente en actos espontáneos

Un hombre despliega un enorme mapa ante sí y hace muecas que reflejan su desconocimiento del lugar. Mira de un lado a otro, desquiciado, hasta que alguien le ayuda. En ese instante, un grupo de jóvenes que presenciaba la escena se levanta y se acerca cantando en honor del estupefacto benefactor.

La iniciativa lleva por nombre La ofensiva de la amabilidad, y es idea de tres londinenses que pretenden que la simpatía y la bondad sustituyan la indiferencia y algún que otro empujón acompañado, eso sí, de la coletilla sorry (perdón) que se padecen en las calles de Londres.

El continúo trasiego de viandantes por las calles, los vagones de metro en los que no cabe ni un alfiler y las prisas con las que se va de un lado a otro ayudan a convertir las grandes urbes en ciudades impersonales donde la frialdad alcanza cotas inimaginables.

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"Leí un día en el periódico que un hombre se había caído escaleras abajo y se rompió la cabeza. Mucha gente caminó sobre él hasta que, finalmente, después de que pasara mucha más gente, una persona paró y le ayudó", ha explicado David Goodfellow, uno de los creadores de este grupo.

Este suceso le hizo pensar "sobre las buenas obras que hace la gente en su día a día y cómo el mundo necesita ese tipo de cosas", y para reconocer este tipo de actos pensó en instaurar los Premios a la Amabilidad, un galardón que van repartiendo en los actos que organizan esporádicamente por toda la ciudad.

El grupo lo conforman 150 voluntarios y cuenta con el apoyo del banco ING Direct. Desde hoy y hasta el domingo, esta curiosa brigada premiará con champán, flores y medalla a los londinenses que hagan méritos benévolos por toda la ciudad.

La táctica usada

El grupo utiliza a un miembro del equipo como gancho y éste simula que necesita ayuda, ya sea porque tiene que subir unas escaleras con la maleta cargada o porque simplemente se ha perdido y no sabe dónde está. Mientras tanto, el resto del grupo se mantiene al acecho escondido y sin llamar la atención (pese a ir disfrazados con gafas, pelucas, chalecos reflectantes, cascos de obrero y demás parafernalia) hasta que alguien se acerca para echar una mano. Entonces el gancho se lo agradece e instantes después, por sorpresa, se dirigen hacia el benefactor cantándole y felicitándole por su buena obra.

El escenario escogido este viernes ha sido el paseo cercano al Royal Festival Hall, un edificio situado en el Southbank, en la orilla sur del río Támesis, y en él han participado unos 25 voluntarios muy entusiastas.

La ofensiva de la amabilidad ha ido llevando a cabo diversos actos a lo largo del último año para fomentar el buen rollo en la capital del Támesis. Uno de los que tuvo más éxito fue el que se celebró el último martes de Carnaval, el pasado febrero, cuando repartieron gratuitamente miles de tortitas en una tienda de la ciudad y donaron medio millón más a organizaciones de caridad.

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