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Los 154 náufragos del 'Explorer' desembarcan en la Antártida chilena

Tripulantes y pasajeros se encuentran bien y serán alojados en la bases 'Frei' y 'Artigas'

Los 154 náufragos del crucero Explorer, que colisionó con un iceberg en la madrugada de este viernes en el Océano Antártico, han desembarcado en la base chilena Eduardo Frei y se encuentran en buen estado de salud, dijeron a Efe fuentes de la Marina chilena.

El desembarco comenzó pasadas las 22:30 hora española del viernes en botes Zodiac y la operación de rescate fue apoyada y coordinada por la Marina y por la Fuerza Aérea chilena, que desde la base Frei apoyó con helicópteros la maniobra.

El teniente Carlos Palacios Vera, de Relaciones Públicas de la III Zona Naval de Punta Arenas, en el sur de Chile, precisó fue 84 los rescatados serán alojados en tres lugares de la base chilena Frei: el gimnasio, la hostería y la base Escudero, mientras que los restantes se quedarán en la base uruguaya de i>Artigas.

Destacó que los náufragos "están bien y sin mayores problemas", y explicó que el desembarco fue posible gracias a que mejoraron las condiciones del tiempo. En Santiago, el ministro portavoz, Ricardo Lagos Weber, aseguró a los periodistas que la base Frei está en condiciones de acoger a los náufragos por varios días en caso de ser necesario. "Ahí van a ser acogidas las 154 personas, se les va a dar alojamiento, alimento y van a ser evacuadas posteriormente por la Fuerza Aérea de Chile en aviones Hércules, a Punta Arenas", explicó.

El Nordnorge, que rescató a los 100 pasajeros y 54 tripulantes del barco accidentado, recaló pasadas las 20:00 hora española en la bahía Fildes, frente a la base chilena Frei, pero las malas condiciones del tiempo en la zona hicieron, en un principio, imposible su desembarco. "Ellos tendrán que pasar la noche en el barco y mañana, dependiendo de las condiciones climáticas, serán desembarcados", dijo Palacios con anterioridad.

Los náufragos permanecerán hasta mañana en las bases chilena y la uruguaya y, dependiendo de las condiciones del tiempo, aviones de la Fuerza Aérea llegarán desde Punta Arenas para evacuar a los náufragos a la misma ciudad, situada a unos 2.050 kilómetros de Santiago.

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En declaraciones radiofónicas reproducidas por el diario bonaerense Clarín, la tripulante argentina del Explorer Andrea Salas contó la experiencia del naufragio, señalando que "había viento y hacía mucho frío, y por el oleaje estábamos mojados".

Salas, de 38 años, estaba en el bar del navío cuando ocurrió el accidente: "el golpe era más o menos normal, porque se navegaba entre hielos y hay golpes frecuentes", pero poco después el capitán alertó que un iceberg se acercaba y que esperaba que "el viento lo alejara", lo que no ocurrió y se produjo la colisión.

"Allí, sí que tuvimos que evacuar inmediatamente, porque el barco ya estaba bastante inclinado del lado derecho", explicó, y añadió que la evacuación se hizo en orden. "Quedamos sorprendidos porque hubo una paz y un comportamiento súper bueno de los pasajeros", relató la tripulante argentina.

Un buque acondicionado para realizar travesías polares

El Explorer, un crucero británico de bandera liberiana, naufragó en la madrugada del viernes en las heladas aguas de la Antártida, cerca de las islas Shetland del Sur, con 100 pasajeros y 54 tripulantes tras chocar con un iceberg a 96 kilómetros de la costa del continente blanco.

Afortunadamente, en pocas horas todo el pasaje pudo ser evacuado y trasladado a la ciudad chilena de Punta Arenas adonde estaba prevista su llegada para la noche de ayer, hora española. Algunas bases científicas en la Antártida fueron puestas en alerta ante la posibilidad de que los evacuados tuvieran que dirigirse hacia algunos de estos campamentos.

El buque había sido acondicionado para realizar travesías polares. Especialistas de la revista marítima de la aseguradora Lloyds comentaron que habían sido detectadas cinco deficiencias en la última revisión del Explorer A bordo de la nave siniestrada viajaban turistas de diversas nacionalidades, pero en su mayoría eran británicos, canadienses y estadounidenses, informa Jorge Marirrodriga. Entre el pasaje no figuraba ningún español, según informó el consulado en Bahía Blanca (Argentina). Ayer se investigaban las causas de este choque.

Cuando el capitán de la nave siniestrada comprobó que los daños sufridos ponían en grave riesgo el barco lanzó un mensaje de auxilio que fue captado por las autoridades navales británicas que disponen de un notable contingente militar tanto en las Malvinas como en otras islas del Atlántico Sur, entre ellas las cercanas Shetland. Se arriaron los botes salvavidas que fueron ocupados por el pasaje y acto seguido botados en las oscuras y frías aguas antárticas.

Tras el aviso se dirigió hacia la zona el navío Endeavor que llegó al lugar del siniestro un par de horas después del accidente. El Endeavor logró evacuar al pasaje que, encaramado en los botes, esperó con ansiedad el rescate. Desde allí, pasajeros y tripulación fueron trasladados a otro buque de bandera noruega que los llevó hasta tierra firme en Chile. Tanto el capitán como el primer oficial del Explorer decidieron quedarse a bordo, pero cinco horas después del choque optaron por abandonar la nave que ayer flotaba a la deriva cada vez más escorada a unos 1.000 kilómetros de la ciudad argentina de Ushuaia.

En un comunicado, la Marina Chilena que después de producirse el hundimiento se apreció "una mancha de petróleo de 180 por 20 metros aproximadamente, la cual esta siendo dispersada por el rompehielos Viel".

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