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Reportaje:

39 años siendo 'americana' sin serlo

Una mujer de 40 años nacida en Cuba y llevada a EE UU con un año podría ser deportada por haber votado sin tener la ciudadanía estadounidense

Después de 39 años de vida en California, de asistir a universidades americanas, de tener cuatro hijos americanos e incluso después de salir elegida concejal de un ayuntamiento californiano, Zoila Meyer, nacida en Cuba y trasladada a EE UU cuando tenía un año, podría ser deportada. Una investigación tras su elección ha puesto de manifiesto que nunca obtuvo la ciudadanía americana y, por tanto, votó ilegalmente, por lo que se enfrenta a una posible expulsión.

Ella siempre creyó que era americana, porque llegó a California con apenas un año, después de hacer en Cuba. Dio por hecho que sus padres lo habían hecho por ella y nunca se preocupó. De hecho, salió elegida concejal del Ayuntamiento de Adelanto, una localidad de 23.000 habitantes, en 2004. Ella vive en Apple Valley, cerca de Adelanto, en el condado de San Bernardino.

Sin embargo, cuando fue elegida, alguien dijo a la policía que ella había nacido en Cuba y se inició una investigación. Según cuenta Zoila, "la policía vino y me dijo: 'Zoila, no es usted ciudadana. Es residente legal, pero no ciudadana'". Así, dimitió como concejal de adelanto tras apenas 10 semanas y pidió la nacionalidad. Entretanto, siguió con su vida, con sus cuatro hijos y asistiendo a dos facultades de la zona para graduarse como enfermera forense.

Pero como no era ciudadana americana, y no tenía derecho al voto, se le acusó del delito de voto ilegal en las elecciones de 2004. En abril de 2006, se declaró culpable del delito menor de voto fraudulento y quedó en libertad condicional tras pagar una multa. Pero el delito de voto fraudulento es uno de los que puede acarrear la deportación, de lo que fue informada por agentes de inmigración el pasado día 18, que le dijeron que se presentara en la comisaría de San Bernardino. Así lo hizo y fue esposada, cacheada y metida en una celda.

El caso no es frecuente, pero todo lo que han hecho con Zoila es legal, según explica Lori Haly, portavoz del departamento de Inmigración y Aduanas. "Puede llevar su caso ante un juez de inmigración", dice Haley.

Ahora está en libertad condicional, pendiente de una vista el próximo 18 de julio ante un juez de inmigración que puede decidir su deportación. De ser así, será llevada a la frontera de Canadá, el último punto de entrada en EE UU que consta en su pasaporte. Y es que, como cuenta la propia Zoila, durante los años que ha vivido en EE UU, casi toda su vida, ha viajado varias veces a México y ha visitado Canadá sin que nadie pusiera pegas ni preguntara, al entrar o al salir, por su ciudadanía.

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"Para ser sincera, tengo miedo. ¿Cómo pueden arrancarme de mi familia, de mis hijos", se pregunta Zoila mientras espera la fecha del juicio. "Si pueden hacerme esto a mi, pueden hacérselo a cualquiera". Aboga por un cambio en los procedimientos legales sobre inmigración, porque "te hacen sentir como si fuéramos números. Ve a gente que escribe 'Este es mi país', pero no lo es. Pertenece al Gobierno y ellos deciden quién se queda y quién se va. Crees que eres libre, pero no lo eres".

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