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600 soldados surafricanos invaden Lesoto después de semanas de anarquía

Seiscientos soldados surafricanos, apoyados por carros de combate y helicópteros, entraron ayer en Lesoto para apoyar al Gobierno y poner fin a varias semanas de protestas callejeras por presunto fraude electoral a las que se sumó parte del Ejército. Por la noche, recibieron el anuncio de que Botswana enviaba también a 300 hombres a este pequeño reino de dos millones de habitantes completamente rodeado por Suráfrica.Es la primera vez que la Suráfrica de Nelson Mandela, quien puso fin al apartheid y se ha definido desde su inicio, en 1994, por su pacifismo, interviene en el exterior. Una larga columna de vehículos blindados de color caqui rodaban hacia la capital, atravesando el humo de los pequeños fuegos encendidos por la mañana para cocinar. Cuando el sol aún estaba asomando, en la mañana de ayer, los depósitos de cadáveres ya estaban llenos de cuerpos, y los hospitales intentaban atender a todos los heridos por los gases lacrimógenos y quemaduras.

Las informaciones desde Lesoto eran confusas, y algunas fuentes hablaban de hasta 30 muertos y 60 heridos tras la llegada de los soldados surafricanos. Cinco de los hombres enviados por Pretoria murieron. En las calles, la gente de a pie condenaba la entrada de tropas surafricanas. "Es inútil. Era innecesario, porque todo el mundo sabía que las conversaciones iban a reiniciarse", comentaba un vecino.

El contingente surafricano penetró de madrugada en Maseru, la capital de Lesoto, y al instante hubo fuertes enfrentamientos cerca del palacio del rey Letsie III y en las inmediaciones de dos bases de la ciudad. Por la tarde, las tropas surafricanas todavía no dominaban la situación. En la confusión de la jornada, miles de civiles saquearon e incendiaron decenas de tiendas y oficinas.

El ministro de Asuntos Exteriores de Lesoto, Tom Thabane, informó de que el Gobierno del primer ministro, Pakalitha Mosisili, había pedido la intervención militar.

Maseru vive en el caos desde que en agosto la oposición empezó a exigir la dimisión del Gobierno, al que acusa de pucherazo en las elecciones de mayo, que le dieron 79 de los 80 escaños en disputa. Una comisión electoral surafricana reconoció que hubo irregularidades en los comicios, pero que no eran tantos como para invalidar la votación.

Lesoto es un montañoso reino que depende económicamente de Suráfrica. La mitad de la fuerza de trabajo masculina de Lesoto se gana el salario en las minas surafricanas.

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