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Cumbre de los países ricos en Japón

6.360 millones para paliar la crisis alimentaria

El debate sobre los biocarburantes hace saltar chispas

Fernando Gualdoni

Los países ricos prometieron ayer desembolsar a plazos 10.000 millones de dólares (6.360 millones de euros) para paliar la crisis alimentaria. El dinero es para financiar el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, y el montante es el que la organización había pedido para hacer frente a la subida de los precios de la comida.

Ésta fue la única medida concreta del G-8 sobre una crisis que es la peor desde el boom de la natalidad de finales de los sesenta. También abogaron por una mayor apertura del comercio mundial a través de las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero habrá que ver qué hacen estos países a la hora de aceptar abrir sus mercados en la próxima reunión de la OMC el 21 de julio. Francia, que preside la UE este semestre, ya se ha manifestado a favor de mantener el proteccionismo agrícola.

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Lo que no se plasmó en ningún documento oficial fue el encendido debate sobre los biocarburantes. Estos combustibles hechos de aceite de palma, de maíz, de soja o de caña de azúcar ya no parecen tan buena idea ahora que el precio de la comida se ha disparado.

Fueron pensados para reducir la dependencia de muchos países de los combustibles fósiles y EE UU, Brasil y China, entre otros, se aplicaron a fondo en su producción. Ahora, el Banco Mundial y la ONU les piden a esos países que se replanteen sus políticas de sustitución de las gasolinas convencionales por los biocarburantes.

"La discusión sobre el uso del etanol fue muy intensa y difícil", reconoció ayer Koji Tsuruoka, director para Asuntos Internacionales del Ministerio de Exteriores japonés. "Se han decidido básicamente dos cosas, que el uso de esta energía tiene que estar bien dirigido y que los líderes deben tener muy presente la crisis de los alimentos en sus políticas sobre esta energía", dijo Tsuruoka. "Se van a hacer exhaustivos estudios para determinar la relación entre la producción de biocarburantes y la crisis alimentaria y se va a impulsar urgentemente el desarrollo de una nueva generación de etanol", añadió.

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El Reino Unido ya ha propuesto en el G-8 la idea de una moratoria en la producción de biocarburantes, al menos mientras dure la crisis. Pero la paralización de esta industria es mucho para EE UU, que insiste en que la fabricación de biocarburantes no tiene nada que ver con la falta de alimentos en el mundo.

Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional dice que casi la mitad del incremento del consumo de los principales cultivos alimenticios en 2006 y 2007 se puede achacar al auge de los biocarburantes. Sólo el bioetanol estadounidense ha generado un tercio del aumento de la demanda mundial de cereales en los últimos cinco años.

Un menú en la cumbre de 19 platos

- Cena sobre tatamis. Los dirigentes de los países del G-8 (EE UU, Canadá, Rusia, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Japón) fueron agasajados en la noche del lunes con un menú de 19 platos con especialidades japonesas y mariscos preparado por el chef francés Michel Bras, galardonado con tres estrellas en la Guía Michelin.

- Bendición del mar y la tierra. Bajo este título, a los mandatarios presentes en la isla de Hokaido les fueron ofrecidos entre otros manjares maíz relleno de caviar y salmón ahumado o cordero asado con setas y trufas. El postre Fantasía G-8 cerró el menú.

- Sake, champaña y borgoña. El banquete estuvo regado con el tradicional sake japonés, además de champaña Le Rêve, borgoña Château Latour y caldos de California y Hungría.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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