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Apagones y medidas drásticas en Cuba contra los derrochadores

El Gobierno de Raúl Castro ha dicho que no puede gastar ni un dólar más de lo que tenía programado en comprar combustible para generar electricidad

Panaderías que no hacen pan en horarios pico para no encender los hornos y ahorrar. Oficinas en las que los empresarios extranjeros sudan como pollos de ocho a una porque no se puede encender el aire acondicionado. Empresas que no producen mercancías por haber derrochado demasiado la víspera. Restaurantes que no dan de comer por la misma causa... En Cuba, lo del ahorro y los apagones va en serio.

Solo en La Habana, la semana pasada las autoridades cortaron el servicio eléctrico a un centenar de empresas y entidades productivas. Hasta el hotel Parque Central, administrado por la cadena hotelera NH y cargado de turistas, está entre los "incumplidores" aunque fuentes de la dirección aseguran que no se ha visto afectado el servicio a los huéspedes.

El restaurante Centro Vasco, en el barrio del Vedado, se vio abocado al apagón programado. Y en el caso de la fábrica de yogurt Moralitos, la medida no deja de ser chocante: el incumplimiento que se le achaca es no apagar las neveras de siete a nueve de la noche, como marcan las nuevas ordenanzas. La crisis en Cuba es tan severa que el plan de ahorro energético es drástico.

El Gobierno ya ha dicho que no puede gastar ni un dólar más de lo que tenía programado en comprar combustible para generar electricidad. En los cuatro primero meses del año se gastaron 40.000 toneladas más de lo previsto, y el "derroche" provocó una situación de emergencia. Tanto que la advertencia fue: si el sector estatal no reduce en un 12% su consumo eléctrico regresarán los apagones programados al sector residencial.

Según del director general de la Unión Eléctrica, Vicente de la O Fernández, todavía no ha habido necesidad de "aplicar" el apagón a la población "para buscar el ahorro". Pero las medidas en vigor contemplan paralizar desde las seis de la tarde las entidades que no prestan servicio público, limitan el uso de aires acondicionados a cinco horas diarias (desde la una a las seis de la tarde) y ordenan apagar las cámaras de refrigeración dos horas diarias (de siete a nueve de la noche).

También se reducen los servicios públicos de transporte, con disminución de horarios, rutas y frecuencias, y se establecen cortes del servicio electrico por 72 horas a aquellas entidades que no cumplan su plan de ahorro o que no lo hayan elaborado todavía. En Holguín, donde el sobreconsumo fue del 18,3 % en mayo, las autoridades cortaron la luz a 70 entidades "derrochadoras", mientras que en Camagüey (5% de gasto extra) se adoptaron sanciones contra 50 centros.

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