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Argentina acusa a EE UU de intentar introducir armas y drogas de manera ilegal en su territorio

Un avión militar norteamericano que llevaba equipos para unos cursos de técnicas antiterroristas provoca un incidente diplomático

Un avión militar norteamericano que traía equipos de entrenamiento para unos cursos sobre técnicas antiterroristas de la Policía Federal de Argentina se ha convertido en un auténtico incidente diplomático entre los dos países. El ministro argentino de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman, anunció este lunes, según AFP, que formulará una protesta ante Estados Unidos porque la carga del avión contenía materiales que no habían sido declarados previamente. Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano, responsable de la organización de esos cursos, llamó al embajador argentino en Washington para pedir explicaciones sobre lo ocurrido y para que se devuelva inmediatamente el material incautado. Por el momento, el avión, un enorme C17, construido por Boeing, que puede transportar una carga máxima de 77.000 kilos, ha regresado, vacío, a Estados Unidos y los cursos, previstos para febrero y marzo, han sido suspendidos.

El secretario de Estado adjunto para temas americanos, Arturo Valenzuela, ha exigido a Argentina que se devuelva "de inmediato" lo confiscado. "No hubo ninguna intención de violar leyes argentinas. Todo lo contrario, lo que se buscaba era la disposición de tener un trabajo conjunto, respetuoso, constructivo... es absolutamente necesario que se devuelvan de inmediato esos materiales", ha dicho Valenzuela en entrevista con el canal por cable CNN en Español.

El material llegó al aeropuerto internacional de Ezeiza el pasado jueves día 10, con papeles que acreditaban que estaba destinado a un curso sobre crisis de manejo de rehenes, que iba a ser impartido por expertos de Estados Unidos al Grupo Especial de Operaciones Especiales de la Policía Federal (GEOF), dependiente del Gobierno de Cristina Fernández. El viernes, la carga del avión fue concienzudamente revisada y contrastada con la lista que había sido previamente enviada por la embajada de Washington en Buenos Aires.

Fotos sobre el material incautado (realizadas por organismos oficiales) fueron reproducidas en exclusiva el pasado domingo por el diario Página 12, próximo a la presidenta. Uno de los periodistas de investigación más famosos de Argentina, Horario Verbitsky, explicó que el avión transportaba "carga sensitiva secreta", "sobre cuyos empleos no se ofrecieron explicaciones satisfactorias". En concreto, Verbitsky señala una maleta extraña y cajas con el sello de la 7 Brigada Paracaidista, con sede en North Carolina, un tercio de las cuales, al parecer, no estaban inventariadas adecuadamente. En la maleta, sobre la que asegura que hubo un tira y afloja de varias horas, hasta el extremo de que un marine se sentó seis horas encima de ella, había drogas narcóticas y estupefacientes, como Epinefrina (estimulante del sistema nervioso), morfina y otros sedantes e hipnóticos de efecto inmediato, así como sus correspondientes antídotos. También había equipos de transmisión y aparatos encriptadores "así como varios pen drives de contenido calificado como secreto". Una vez abierta la maleta, los funcionarios norteamericanos presentes en el aeropuerto decidieron retirarse, haciendo patente su protesta por lo que consideraron un hecho "insólito". Todo el operativo argentino fue presenciado y ratificado por el canciller Héctor Timerman que permaneció varias horas en el lugar de los hechos.

La administración norteamericana lleva años promoviendo y financiando cursos de lucha antiterrorista en prácticamente todos los países el mundo, acordados con los respectivos gobiernos. La preparación y entrenamiento de unidades especiales capaces de afrontar tomas de rehenes (eventualmente norteamericanos) en cualquier lugar del mundo es una de sus principales preocupaciones, al igual que la localización y persecución de redes ilegales de financiamiento de posibles redes terroristas. La realización de este tipo de entrenamientos facilita además, en caso de verdadera crisis, los contactos personales y las relaciones humanas entre los expertos estadounidenses y los responsables de las unidades especializadas de todo el mundo.

Es público y notorio que Estados Unidos concede una gran importancia a este tipo de programas dentro de sus planes de seguridad mundial por lo que las autoridades norteamericanas no han ocultado su profunda irritación por lo ocurrido. El secretario de Estado adjunto para temas americanos, Arturo Valenzuela, llamó inmediatamente al ministro Timerman para transmitirle su malestar por la forma extremadamente mediática en la que Buenos Aires ha manejado el problema, cuando se trataba de un curso dirigido precisamente a oficiales de la Policía Federal, que depende directamente del Gobierno de la nación. El diplomático norteamericano, que ya ha tenido varios enfrentamientos con sus colegas argentinos, aseguró que existen canales más apropiados para solucionar problemas de esa índole.

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El nuevo incidente no ayudará a mejorar las relaciones entre los dos países, preocupantemente enfriadas en los últimos meses, por repetidos encontronazos entre Timerman y la Administración Obama, hasta el extremo de que el presidente norteamericano ha anunciado un viaje oficial a la zona que incluye escalas en Brasil y en Chile, pero no en Argentina.

Primer plano del secretario de Estado de Estados Unidos para América Latina.
Primer plano del secretario de Estado de Estados Unidos para América Latina.ÁLVARO GARCÍA

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