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Argentina juzga el horror de la Escuela de la Armada

Arranca el juicio contra 19 ex militares por crímenes durante la dictadura

Con una sonrisa en el rostro, los brazos en alto para saludar a sus seguidoras y un libro titulado Volver a matar en sus manos. Así entró Alfredo Astiz, el Ángel Rubio que supuestamente participó en el secuestro de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, en la sala de un tribunal federal de Buenos Aires que ayer comenzó a juzgar a 19 ex militares e integrantes de las fuerzas de seguridad de Argentina por los crímenes cometidos en uno de los principales centros de detención clandestinos de la última dictadura militar (1976-1983), la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Unas 5.000 personas fueron torturadas en la ESMA y sólo 100 sobrevivieron.

Antes que Astiz, había entrado, serio, otro acusado, Ricardo Cavallo, que estuvo detenido en España entre 2003 y 2008. Después apareció el marino Juan Carlos Rolón, que no dejaba de sonreír y saludar a su esposa y a otras mujeres y hermanas de los imputados, que a su vez comentaban sobre lo "buenos mozos" que estaban. A las 11.14 de Buenos Aires (las 15.14 de Madrid), se hicieron presentes los tres magistrados del Tribunal Oral Federal 5 y hasta el vicealmirante acusado Oscar Montes, en silla de ruedas, se puso de pie con la ayuda de su bastón y de un policía.

Éste es el primer megajuicio sobre la ESMA y unifica tres causas por delitos de lesa humanidad, incluidos secuestro, torturas y desaparición física, de 85 víctimas, entre ellas las tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo (Mary Bianco, Esther de Careaga y Azucena Villaflor), dos monjas francesas (Alice Domon y Leonie Duquet) y el periodista Rodolfo Walsh. Entre los querellantes, el secretario de Estado de Derechos Humanos, Luis Alem, ha pedido la cadena perpetua para todos los acusados, la mayoría marinos, aunque también hay tres policías y un miembro del Ejército.

Precisamente Astiz se había infiltrado en el grupo de madres que había comenzado a reunirse ya en 1976 en la iglesia porteña de Santa Cruz para enfrentar la desaparición de personas en el régimen. Las madres buscaban a sus hijos y las monjas las ayudaban, junto a otros siete militantes por los derechos humanos. En la misa del 8 de diciembre de aquel año, Astiz identificó ante sus superiores a quienes participaban en ese grupo y a la salida del templo comenzaron a secuestrarlos.

A juzgar por el auto de elevación a juicio del juez Sergio Torres, Astiz y compañía son responsables. Entre los imputados también figuran Adolfo Donda -tío y ex tutor de una hija de desaparecidos y actual diputada, Victoria Donda-, Antonio Pernías y Jorge El Tigre Acosta.

Torres pidió a los magistrados del tribunal federal que juzgaran "delitos cometidos desde el aparato del Estado". El juez de instrucción relató que los grupos de tareas de la ESMA secuestraban, trasladaban a los detenidos a ese centro, donde permanecían en "condiciones infrahumanas", entre "humillaciones y tor

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Alfredo Astiz, el <i>Ángel Rubio</i> (segundo por la derecha), durante el juicio de ayer en Buenos Aires.
Alfredo Astiz, el Ángel Rubio (segundo por la derecha), durante el juicio de ayer en Buenos Aires.REUTERS

5.000 detenidos

- La ESMA fue uno

de los mayores centros

de detención clandestinos de la dictadura militar de Argentina (1976-1983).

- Estuvieron confinadas allí unas 5.000 personas. Sólo 100 sobrevivieron.

- Muchas víctimas fueron arrojadas al mar en los vuelos de la muerte.

- Diecinueve militares, entre ellos Astiz y Cavallo, serán juzgados por secuestro, tortura y desaparición.

La fiscalía ha pedido

la cadena perpetua.

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