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Argentina raciona la gasolina en la peor crisis desde 1989

El desabastecimiento energético obliga a los argentinos a hacer largas colas para repostar

Alejandro Rebossio

Buenos Aires amaneció ayer, en el día más frío del año, con colas de hasta 200 metros de taxis, algunos coches particulares y furgonetas que esperaban dos o tres horas para repostar la gasolina. El día anterior, el Gobierno argentino había decidido racionar su venta e interrumpir el suministro de gas a los coches para afrontar así la mayor crisis energética del país desde 1989, cuando la escasez fue mayor y el contexto era de crisis económica e hiperinflación.

Kirchner achaca la escasez energética al rápido crecimiento de la economía

Desde hace tres años se viene advirtiendo sobre cierta falta de gas y gasóleo en una Argentina que crece a tasas altas, pero desde el pasado mayo la situación se ha agravado con restricciones en el consumo para industrias, agricultores y otros grandes consumidores de carburantes. El Gobierno del presidente Néstor Kirchner ha decidido excluir a los hogares de los cortes de electricidad y gas, aunque se registraron algunos apagones como el que ha dejado a oscuras la ciudad sureña de Bariloche desde las ocho de la tarde del martes hasta las doce de la mañana de ayer.

En la gasolinera de la Avenida del Libertador con Olleros, en el coqueto barrio porteño de Belgrano, un taxista de 68 años aguardó sólo 20 minutos de cola frente a los miles de automovilistas que esperaron una media de cuatro horas. "Como no venden gas, todo el mundo carga [reposta] nafta [gasolina]", decía el chófer en un país donde la mayoría de los taxis funciona con gas natural licuado porque cuesta 0,21 euros por metro cúbico, frente a los 0,32 del gasóleo y los 0,47 de la gasolina.

"Es todo política. Con [el presidente Raúl] Alfonsín [1983-1989] pasó lo mismo", razonaba el taxista, mientras un automovilista particular le gritaba que avanzara. En cambio, Osvaldo, de 40 años, que conducía una ambulancia, se mostraba comprensivo: "Si no hay gas, está bien que racionen la nafta porque algo le tienen que dar a los taxistas".

El día después de la primera nevada en Buenos Aires en 89 años, el Gobierno decidió este martes, ante el aumento del consumo de gas y electricidad en hogares para calefacción, extender el racionamiento de gas de las fábricas a las mismas bocas de expendio del carburante. Para no perjudicar a los taxis ni a los transportistas, acordó con las petroleras Repsol YPF, líder del mercado local, y la brasileña Petrobras, que les rebajen la gasolina a 0,23 euros en 303 gasolineras del país, pero con un límite de 25 litros por carga. En la mañana de ayer, ese límite se elevó a 40 litros.

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Sin embargo, la mayor demanda de gasolina ha derivado en que Repsol YPF limitara en esas gasolineras también el expendio del combustible a los demás automovilistas hasta 30 litros por vez. Mientras tanto, unas 1.600 gasolineras que sólo venden gas permanecían ayer cerradas. Las petroleras que venden la gasolina a la mitad de precio negocian ahora compensaciones del Gobierno para importar gasóleo sin pagar aranceles.

Kirchner adjudica la escasez energética al rápido crecimiento de la economía argentina, que se incrementó un 9% en 2003, 2004 y 2005 y un 8,5% en 2006. El mercado prevé que el PIB crezca un 7,7% este año, pero algunos analistas ya están rebajando las previsiones porque las fábricas carecen de gas -las grandes empresas lo sustituyen con equipos propios a propano, gasóleo o fuelóleo-, los grandes consumidores -incluidas las plantas de producción, los centros comerciales, supermercados y oficinas- deben ahorrar la mitad de la electricidad desde las cuatro de la tarde hasta la medianoche cada día, mientras que los agricultores tienen que sembrar y cosechar a menor ritmo por la falta de gasóleo.

Los analistas reconocen que la inversión en generación eléctrica y en exploración y producción de petróleo y gas comenzó a caer en la última crisis (1998-2002), pero que tampoco Kirchner mejoró la situación en sus cuatro años de Gobierno. En 2004 anunció que iba a construir un gasoducto desde Bolivia -cuya obra por fin se adjudicará el mes próximo y finalizará en 2009-, y dos centrales termoeléctricas que estarán listas en la segunda mitad del año próximo, una de ellas operada por Endesa.

Mientras tanto, desde 2004 Argentina viene restringiendo sus exportaciones de gas a Chile, con inconvenientes para todo el sector productivo. Además, la falta de lluvias ha disminuido la generación de las plantas hidroeléctricas del sur argentino. Las empresas privadas de energía se quejan en voz baja de que los precios del gas, la electricidad y los combustibles son baratos en Argentina por imposición del Gobierno, lo que no hace más que desalentar la inversión mientras incentiva desproporcionadamente el consumo.

"En España sube a 36 grados la temperatura y hay cortes programados", dijo el martes Kirchner en un discurso en la Bolsa de Buenos Aires. "Hay algunos que parece que dijeran: 'Qué lindo sería tener un colapso para demostrar que tengo razón'. Puede ser que algunos prefieran tener una reserva de energía y desocupación. Nosotros vamos a seguir creciendo, creando empleos y, por lo tanto, vamos a estar al límite", afirmó el presidente con su habitual verborrea.

Un niño juega bajo la nevada del pasado lunes en la ciudad de Buenos Aires, la primera en 89 años.
Un niño juega bajo la nevada del pasado lunes en la ciudad de Buenos Aires, la primera en 89 años.REUTERS

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