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Asesinada una investigadora de los abusos del régimen checheno

Hallado en Ingushetia el cadáver de Natalia Estemírova

Pilar Bonet

Natalia Estemírova, jefa de la filial en Chechenia de la organización Memorial, fue brutalmente asesinada ayer tras haber sido secuestrada por la mañana al salir de su casa de Grozni, la capital chechena. Con su muerte desaparece de esa conflictiva región del Cáucaso la más importante fuente de información independiente sobre los abusos, tropelías y crímenes que comete con total impunidad el régimen de Ramzán Kadírov en esa república rusa.

"Los únicos que tenían interés en matarla son Kadírov y los bandidos que le rodean", dijo Svetlana Gánnushkina, miembro de Memorial y presidenta de la ONG Ayuda Cívica, que la víspera estuvo trabajando junto con Estemírova en Grozni. "Estamos ante un régimen de delincuentes que son encubiertos por Moscú. Debemos proteger a nuestra gente", manifestó Gánnushkina. "Natalia tenía miedo, pero se arriesgaba y estaba investigando secuestros, incendios punitivos provocados y ejecuciones sin juicio", añadió.

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Este mes, Estemírova había acusado a las fuerzas de seguridad de Chechenia de varios asesinatos. En un caso, los agentes irrumpieron de madrugada en el domicilio de Madina Iunúsova, una joven de 20 años casada con un checheno "exterminado" en una operación policial, y encerraron a sus padres y a sus dos hermanas pequeñas en el cuarto de calderas, tras lo cual rociaron con gasolina la casa y le prendieron fuego. Unos vecinos salvaron a las víctimas de las llamas. Al día siguiente, los uniformados entregaron el cadáver de Madina a sus parientes y ordenaron enterrarlo discretamente. Antes, la joven fue descubierta -herida de gravedad y aislada por agentes policiales- en una clínica de Grozni.

En otro caso, ocurrido el 7 de julio, el checheno Rizván Albékov y su hijo Aziz fueron secuestrados por la policía y unas horas después Rizván fue conducido al pueblo de Aujkinchu-Borzoi y ametrallado en un "castigo ejemplar". Los secuestradores amenazaron con hacer lo mismo con todos los que ayudaran a los guerrilleros.

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El cadáver de Estemírova fue encontrado ayer por la tarde cerca del pueblo de Gazi-Yurt, en la república de Ingushetia, con heridas de bala en la cabeza y en el pecho. Antes de que sus raptores se la llevaran en un coche, Estemírova consiguió gritar pidiendo auxilio. La víspera de su muerte, Natalia acompañó a Gánnushkina, cuando ésta intentaba en vano visitar en Grozni a Masjud Abduláev, uno de los seis estudiantes chechenos recientemente deportados a Rusia desde Egipto. Masjud es hijo del comandante guerrillero Supián Abduláev y los defensores de derechos humanos creen que Kadírov lo utiliza para presionar a su padre.

Natalia Estemírova, una maestra de 50 años, era una inestimable fuente de información de las violaciones de derechos humanos en Chechenia, tanto durante la guerra como después. Fue la primera galardonada con el Premio Anna Politkóvskaya en 2007 y se había enfrentado reiteradamente a Kadírov, que la expulsó de un consejo asesor por negarse a cubrirse la cabeza, una norma anticonstitucional que el líder checheno ha convertido en obligatoria.

En diciembre pasado, Estemírova contaba a esta corresponsal cómo Kadírov había intentado amedrentarla en una cita privada en abril de 2008. "Fue un encuentro alucinante y Kadírov me pareció un verdadero idiota, pero no consiguió asustarme", dijo la activista. Estemírova había denunciado los asesinatos de mujeres y estaba especialmente preocupada por la indefensión de las jóvenes ante Kadírov y sus hombres semianalfabetos, curtidos en la lucha contra todos los que se oponen a sus caprichos. "Aquí hay horribles burdeles donde tienen a chicas para los soldados y eso sucede porque las mujeres están en una situación muy dependiente en este régimen que aplasta la dignidad humana", decía. "Nadie puede expresar aquí una opinión diferente a la de Kadírov. Han conseguido establecer la dictadura", afirmaba Estemírova, que deja una hija de 15 años, que, por razones de seguridad, envió en 2008 a estudiar fuera de la república caucásica.

Estemírova afirmaba que en Chechenia la situación ha empeorado y hay más desapariciones desde que fue abolido el régimen contraterrorista.

Natalia Estemírova, en Grozni en septiembre de 2004.
Natalia Estemírova, en Grozni en septiembre de 2004.AFP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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