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Asesinado el controlador aéreo del choque de aviones sobre Alemania

En el accidente en julio de 2002 cerca de Zúrich murieron 71 personas

Todo indica que fue el principal responsable de una colisión entre dos aviones en pleno vuelo que el 1 de julio de 2002 costó la vida a 71 personas: un controlador aéreo de origen danés, empleado en Suiza, fue asesinado el pasado martes por la tarde en Kloten, cerca de Zúrich, según se conoció ayer. La policía no descarta que se trate de una venganza por parte de algún familiar de las víctimas.

El controlador aéreo, de 36 años, fue acuchillado en el balcón de su propia casa, donde mantuvo una acalorada discusión con el agresor, un hombre de cerca de 50 años, que hablaba mal el alemán y logró huir tras arremeter contra su víctima. "Para nosotros, desde luego, es un tema crucial si este asesinato tiene que ver con el accidente aéreo", dijo el juez que dirige la investigación, sin excluir que detrás del crimen pueda haber también otros móviles. Desde Rusia, portavoces de los familiares rechazaron el asesinato. El difunto había estado a cargo de la vigilancia del espacio aéreo sobre el lago Constanza cuando un Boeing 757 del servicio de mensajería DHL, con dos tripulantes a bordo, y un Tupolev 154, de la aerolínea rusa Bashkirian Airlines, se estrellaron en las inmediaciones de la ciudad alemana de Überlingen. A bordo del Tupolev viajaban 12 tripulantes y 52 menores de edad (acompañados de otros cinco adultos) que iban a veranear a España.

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"Aquella noche formaba parte de una red de seres humanos, ordenadores, dispositivos de vigilancia y transmisión y reglamentos. Esa red falló", había explicado el controlador en una carta hecha pública días después de la tragedia. Según investigaciones preliminares, su compañero de guardia se había tomado un descanso y no se encontraba presente en la sala de control de Zúrich. Con pocos aparatos en el aire, no había demasiado que hacer. El controlador se concentró en coordinar el aterrizaje de un tercer aparato en el aeropuerto alemán de Friedrichshafen y por ello no prestó mucha atención a los trayectos del Boeing 757 y del Tupolev 154. Desde Karlsruhe (Alemania), uno de sus colegas intentó avisarle del peligro, pero el sistema de teléfonos de Zúrich había sido desconectado por labores de mantenimiento.

Cuando el controlador asesinado el martes se comunicó por primera vez con el Tupolev y le ordenó perder altura, ya sólo faltaban 44 segundos para el accidente. La publicación de los resultados finales de la investigación del accidente está prevista para las próximas semanas.

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