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Catástrofe en Chile

Ashton ofrece a Chile la ayuda de la UE y pide que no se olvide a Haití

La alta representante europea viaja a Puerto Príncipe 48 días después del seísmo

Catherine Ashton, responsable de la política exterior de la Unión, viaja, por fin, esta semana a Haití (48 días después del terremoto del 12 de enero), donde mañana se entrevistará con el presidente y el primer ministro del país antillano. Ashton justificó hace mes y medio el no desplazarse a Puerto Príncipe con el argumento de que una visita de alto nivel entorpecía entonces los trabajos de rescate. "Ahora ya se puede ir", dijo ayer al dar cuenta de los planes de ayuda de emergencia de la UE para Chile y subrayar que "no hay que olvidar a Haití". Para el país andino, la Comisión ha movilizado tres millones de euros de ayuda de emergencia y desplazado a tres expertos para evaluar futuras intervenciones.

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La alta representante anunció haber recibido desde Santiago una solicitud de asistencia para ayuda médica y de infraestructuras (puentes, carreteras, agua, telecomunicaciones) que ha cursado a los socios de la Unión. "La UE está preparada para ayudar", declaró una Ash-ton que expresó "plena confianza en las autoridades chilenas" y anunció que, si es necesario, también viajará a Chile la comisaria de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva.

Precisamente ayer Georgieva comenzó una visita de tres días a Haití. Antes de subir al avión, la comisaria búlgara defendió en entrevista con EL PAÍS la cadencia de la intervención del Ejecutivo comunitario, a su juicio no tan lenta ni tardía como se ha criticado. "Estuvimos allí desde el primer momento, coordinando las aportaciones de los Estados, hubo otro comisario que visitó el país enseguida y yo he esperado a tener algo concreto en mis manos antes de viajar. Llevo los 90 millones de euros que solicité en el mismo momento en que empezó a funcionar la nueva Comisión, el pasado día 10", dice.

Esa ayuda -que se añade a otros desembolsos y promesas de desembolsos de la Comisión y de los Veintisiete por una suma de cientos de millones-, tiene como principal objetivo ofrecer cobijo, saneamientos, alimentación y otras ayudas genéricas a los supervivientes de "un desastre que prácticamente ha borrado Haití del mapa", dice la comisaria. "Queremos ayudar a la República de Haití, no a la República de Puerto Príncipe", expresión que usa para enfatizar que la destrucción va más allá de la capital.

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Los haitianos se lamentan de la ineficiencia de las autoridades y de la corrupción. Georgieva garantiza que la ayuda económica será canalizada a través de equipos y organizaciones creíbles, capaces y transparentes. "Trabajamos con quien tiene capacidad, lo que no significa que tenga que ser el Gobierno", precisa.

Esta primera ayuda es la avanzadilla de un plan más ambicioso, etiquetado por Ashton como nuevo Plan Marshall, para "sacar al país de donde ha estado durante tanta décadas", en palabras de Georgieva. El proyecto de salvamento tomará forma en la conferencia internacional del próximo día 31 en Nueva York. Georgieva reconoce que "la comunidad internacional tiene mucho interés en hacerlo bien en Haití, porque las cámaras no están ya en los escombros sino en qué se hace ahora".

La comisaria llegó a Bruselas dejando atrás una vicepresidencia del Banco Mundial, función en la que tuvo su primer contacto con la situación haitiana. Al país, el más miserable de América, se le condonó la deuda el pasado verano y Georgieva cree que tal es el camino que deben seguir Estados con deudas bilaterales pendientes.

Ashton explicó ayer la ayuda humanitaria de emergencia de la Comisión a Chile y enfatizó que ahora no hay que olvidar que Haití también existe. El nuevo siniestro da fuerza a Georgieva para reclamar la creación de una Fuerza Europea de Ayuda que permitiría a la UE ser más eficaz en situaciones de crisis. "La frecuencia de los desastres se ha incrementado, por efectos climáticos y por la fragilidad de algunos Estados", constata la comisaria. "Y no hay razón para esperar que la tendencia se vaya a revertir". Según ella, en nueve de los 10 últimos años, la Comisión ha tenido que recurrir a reservas de emergencia para responder a crisis humanitarias.

Un hombre empuja un féretro ante una fila de cadáveres, en un gimnasio de Concepción.
Un hombre empuja un féretro ante una fila de cadáveres, en un gimnasio de Concepción.AP
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