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17 muertos en el asalto del M-19 a la ciudad colombiana de Yumbo

La ocupación durante tres horas, en la noche del sábado al domingo, de la localidad colombiana de Yumbo por 200 guerrilleros del Movimiento Diecinueve de Abril (M- 19), en la que perdieron la vida 17 personas -12 de ellas, miembros del grupo guerrillero, según fuentes oficiales-, puede constituir un duro golpe para el acuerdo de paz que tienen previsto firmar mañana el Gobierno y el M-19.Los dirigentes rebeldes afirmaron ayer que el ataque era una acción de represalia por el asesinato, el viernes, del ideólogo y fundador del movimiento Carlos Toledo Plata, cuyo entierro ayer en Bucaramanga, al que asistió una representación oficial del Gobierno, se convirtió en una multitudinaria manifestación contra la violencia.

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Carlos Toledo Plata y señora, ciudadanos españoles

Los guerrilleros llegaron a Yumbo a la 1.45 del domingo (hora peninsular española) en dos camiones y se dispersaron por la ciudad de 80.000 habitantes, situada en el noroeste de Colombia. Los asaltantes incendiaron la alcaldía, liberaron a 60 presos e intentaron sin éxito, tomar el cuartel general de la policía.

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Fuerzas del Ejército colombiano persiguen al comando del M-19 que ocupó durante tres horas la ciudad de Yumbo

Viene de la primera páginaLos guerrilleros del M-19 que habían asaltado Yumbo, tras casi tres horas de combates y ante la llegada de refuerzos militares, se retiraron a las montañas cercanas, donde ayer continuaban los enfrentamientos. Según fuentes castrenses, en las operaciones de persecución, se encontraron cinco cadáveres abandonados por los guerrilleros en su huida.

El comando estaba dirigido por el comandante Uno, Rosemberg Pabón, uno de los líderes del M- 19, que, encabezó en febrero de 1980 el espectacular asalto a la Embajada de la República Dominicana en Bogotá, donde un comando guerrillero mantuvo como rehenes a 16 embajadores durante dos meses.

Según un periodista de Yumbo, también participaron en el ataque los jefes rebeldes Carlos Pizarro y León Gómez, así como guerrilleros de una facción disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Cuando se produjo el ataque, estaba reunida en Calí una cumbre sobre seguridad en la que participaban cinco ministros y altos mandos militares, que analizaban la situación tras el asesinato de Carlos Toledo Plata.

Si el asesinato de Toledo Plata suponía ya un golpe para el proceso pacificador iniciado por el presidente Belisario Betancur, el asalto de Yumbo aporta una prueba suplementaria para la erradicación de la violencia, según los observadores.

El presidente Betancur afirmó que "todo esto es una dolorosa prueba para la paz" e hizo un llamamiento a los colombianos para que estos hechos "no afecten el proceso pacificador, al cual se oponen fuerzas oscuras".

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