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Dukakis afianza su liderazgo demócrata tras su aplastante victoria en Ohio e Indiana

Francisco G. Basterra

, Michael Dukakis dio un paso más hacia su segura designación como candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos gracias a dos nuevas y aplastantes victorias, el martes, en las primarias de Ohio e Indiana, sobre su principal competidor, el reverendo negro Jesse Jackson. El gobernador de Massachusetts, un tecnócrata liberal, sobre todo en política exterior, se perfila ya como un difícil rival para el republicano George Bush cuando ambos compitan por la Casa Blanca el próximo 8 de noviembre.

Jackson, líder de los derechos civiles, ve desinflarse sus aspiraciones presidenciales al no lograr suficientes votos blancos que sumar al bloque de sufragios de los ciudadanos de su raza negra. Sin embargo, triunfó rotundamente el martes en la primaria del Distrito de Columbia, sede de Washington, la capital federal, donde la población de color es mayoritaria. Pero en Washington sólo se eligieron 16 delegados frente a los 159 de Ohio y 79 de Indiana, que mayoritariamente se embolsa Dukakis.Este político frío, de 54 años, que promete competencia después de la era carismática de Reagan, ya tiene unos 1.500 delegados y necesita 2.081 para ser designado por la convención del Partido Demócrata, en julio, en Atlanta. Jackson tiene 900 delegados. Ya sólo quedan siete primarias demócratas, entre ellas, la última, el 7 de junio, en California, con el premio gordo de la carrera electoral: 314 delegados. Se cree que Dukakis, con la ayuda de los superdelegados (600 figuras del partido no elegidas por voto directo), conseguirá los votos necesarios para ser designado en primera votación, evitándose el espectáculo de una convención abierta.

Jackson, que acusa a Dukakis de ser un mero "gestor del reaganismo" frente a él, que quiere cambiar por completo el rumbo del país, confía todavía en dar la sorpresa en California. Pero ni aún así podría detener a Dukakis, cuya aparición, por primera vez, en las portadas de las revistas nacionales, le dan una visibilidad enorme y una popularidad a nivel de todo el país de la que hasta ahora carecía. Es ya el candidato demócrata inevitable y la única duda que queda por despejar es qué va a exigir Jackson.

Ocho de cada diez votantes del reverendo baptista líder de los derechos civiles manifestaron el martes, a la salida de los colegios electorales, que Jackson debe ir como vicepresidente junto con Dukakis, algo que sólo es aceptado por uno de cada seis votantes del Gobernador de Massachusetts. Sin el voto en bloque de la minoría de color, el sector más fuerte y fiel del Partido Demócrata, Dukakis no podrá llegar a la Casa Blanca. Pero excesivas concesiones a la línea política de Jackson, ultraliberal para la sensibilidad media norteamericana, llevaría a Dukakis a una derrota segura.

Un nuevo Carter

Dukakis afirmó tras conocer su victoria -por un 63% a un 27% en Ohio, y un 70% a un 22% en Indiana- que "ya a va a ser muy difícil" para Jackson aventajarle en número de delegados.

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George Bush, que compite sin oposición ganó en esos dos Estados y en el Distrito de Columbia. El vicepresidente ya cuenta con más delegados de los necesarios para ser coronado en la convención republicana de Nueva Orleans.

Dukakis, un hijo de inmigrantes griegos que quiere repetir a nivel nacional el éxito obtenido como gestor de Massachusetts, ya se ha olvidado de Jackson y está enfocando su campaña como un duelo con Bush. Ataca a Reagan y al vicepresidente afirmando que esta Administración "ha violado la ley", y afirma que Bush es sólo un "currículo en blanco".

Dukakis responde a las críticas republicanas de su inexperiencia en política exterior sugiriendo que Bush, ex director de la CIA, tiene algo que ocultar en relación con el general Noriega y Panamá y en todo lo referente a la política centroamericana de la presidencia de Reagan. El vicepresidente describe a Dukakis como a un nuevo Jimmy Carter y dice que el "país quiere ir hacia delante y no regresar a la miseria que heredamos por las mismas políticas que hoy defienden Dukakis y Jackson".

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