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Carter y Reagan, ganadores en las primarias de New Hampshire

Frente a la delicada situación internacional y ante la crisis socioeconómica, los electores norteamericanos del Estado de New Hampshire votaron conservador: Jimmy Carter, por el Partido Demócrata, y Ronald Reagan, por el Partido Republicano. El senador demócrata Edward Kennedy, con una línea más liberal que la del actual presidente Carter, perdió en New Hampshire. George Bush, la nueva estrella política para muchos republicanos, no llegó a superar al ex gobernador de California Reagan, que obtuvo una mayoría considerable en la elección primaria de New Hampshire.

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Edward Kennedy, en situación difícil

Entre el 65% de votantes, Jimmy Carter alcanza casi el 50% de votos; Edward Kennedy, el 37%, y Jerry Brown, el 10%. El porcentaje para los republicanos se reparte entre Ronald Reagan, 50%; George Bush, 23%; Howard Baker, 13%, y John Anderson, 10%. Los restantes candidatos obtienen porcentajes ínfimos que no les permite contar con ningún delegado para las convenciones nacionales que, en julio y agosto, nombrarán los candidatos oficiales para la elección presidencial de Estados Unidos de primeros de noviembre.Los resultados de la otra elección primaria celebrada el martes en el Estado de Minnesota no son todavía oficiales, debido a los problemas en la contabilidad de los votos. Se espera, sin embargo, una nueva victoria para Carter, que superaría a Kennedy con un 60%, contra el 10%. Reagan también se anuncia como vencedor en Minnesota sobre su más director adversario, Bush.

Comentando su victoria en el Estado de New Hampshire, Ronald Reagan, junto a su mujer, Nancy, exclamó: «Esta es la primera y la mejor. » Reagan se coloca en una posición privilegiada entre el electorado republicano, después de los éxitos de Bush, en las pasadas «caucus» (elecciones para compromisarios) de los Estados de lowa y Maine. Reagan reaccionó, siguiendo el ejemplo de Bush, y «personalizó» la campaña en New Hampshire con múltiples reuniones en el máximo de localidades. Tras el éxito que confirma su nueva táctica, Reagan despidió ayer a su jefe de campaña electoral, John Sears.

En el campo demócrata, Jimmy Carter esperó su victoria tranquilamente en la Casa Blanca. Mientras en New Hampshire cerraban los centros de voto, Carter asistía en Washington a un concierto en el Kennedy Center, recinto cultural edificado en memoria de John Kennedy, presidente asesinado en 1963 y hermano del actual adversario demócrata de Carter, el senador por Massachusetts Edward Kennedy. Este confirmó que no se retira de la batalla hacia la presidencia, a pesar de que el electorado no le da hasta el momento ninguna victoria. Se espera que la próxima elección primaria, en el Estado de Massachusetts, el 4 de marzo, aporte un primer éxito electoral a Kennedy. Pero las previsiones son muy negras para él ante las futuras consultas electorales en los Estados del sureste y del oeste de Estados Unidos.

Si Kennedy no logra llevarse a su bando un buen porcentaje de tales delegados, es muy probable que deba esperar hasta 1984 para intentar instalarse en la presidencia de Estados Unidos. La prensa se hace eco de la falta de fondos para la campaña electoral de Kennedy. Los norteamericanos, decididamente, prefieren apostar al candidato mejor situado. Aunque su política social y económica se salde con un balance negativo (índice de inflación de casi el 18 %, posible déficit presupuestario, aumento previsible del precio de la gasolina), el presidente Jimmy Carter ve plebiscitada su política exterior, en los capítulos de tensión con la URSS, boicot de los Juegos Olímpicos y detención de cincuenta ciudadanos norteamericanos en la embajada de EEUU en Teherán.

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